El difícil laberinto de lo ' políticamente correcto' - 1 de Agosto de 2021 - El Mercurio - Noticias - VLEX 873576373

El difícil laberinto de lo ' políticamente correcto'

Son apenas 30 gramos. Una pequeña galleta con crema de vainilla y cobertura de chocolate, cuyos fabricantes decidieron hace algunos días que era momento -"en línea con su cultura de respeto y no discriminación", comunicaron- de un cambio. La Negrita renacerá como Chokita, para "todas y todos". Pero, así como sostienen algunos que "no son 30 pesos, son 30 años", en este caso podría decirse que no son 30 gramos.La clásica golosina se convirtió, de un minuto a otro, en una suerte de símbolo de una suma de debates abiertos. La punta de un iceberg, si se quiere, de un campo en que se cruzan discusiones culturales, políticas y sociales. De ahí, por ejemplo, que cuando se comenzaba a hablar de la suerte que corrió la galleta, se terminase dedicando líneas a la Convención Constitucional.El salto de una cosa a otra no es fácil de seguir y en la maraña conceptual que las conecta se cruzan desde filósofos del posestructuralismo francés, pasando por películas de Disney y los réditos políticos. Los porqués y los cómo, a continuación.Del meme a la academiaCon el anuncio de Nestlé, WhatsApps laborales y familiares estallaron en memes que jugaban con aplicar el update hecho a la Negrita a otros productos o platos: así, nacieron en cosa de horas el "bistec a lo vulnerable", ya no a lo pobre, y los "plurinacionales" o exchilenitos. Convertida en anécdota, Chokita pasó tan rápido como llegó.Pero en universidades y centros de estudios, la galleta se masticó más lento. Y dejó sabores distintos. "Diría que la cancelación de Negrita lo que refleja es un proceso de profunda descomposición cultural y que amenaza con convertirse casi en una crisis civilizatoria, cuando uno entiende los fundamentos que están detrás de esto", sostiene el presidente de la Fundación para el Progreso (FPP), Axel Kaiser. Para él, lo que hay tras el cambio de nombre "es el mismo fenómeno que ves cuando Disney decide cancelar ciertas películas, o cuando se advirtió que se iba a eliminar la película 'Lo que el viento se llevó', por ejemplo".En la U. Austral, en tanto, la académica, doctora en Derecho y experta en materias de género, Yanira Zúñiga, propone otra lectura. Aunque es difícil saber si esto "responde a un compromiso genuino con una visión" o a una estrategia comercial, advierte, ve en el ajuste que tanto esta como otras empresas "están detectando un cierto movimiento cultural que es relevante. No solo en términos comerciales, sino sobre todo en términos políticos". ¿Qué corriente es esta? Aquella que han puesto en debate, explica, "la necesidad de reflexionar sobre el impacto que tienen ciertos usos lingüísticos, sobre todo en las representaciones de ciertos grupos sociales desaventajados y cómo, entonces, el lenguaje no sería neutro".El telón de fondoHay veredas distintas desde donde leer el panorama, pero algunos conceptos coinciden: identidades y representación, por ejemplo. Y a su alrededor, se dibujan otros más líquidos como qué es lo políticamente correcto en estos tiempos.En el esfuerzo de rastrear el origen de esta madeja, varios análisis se remontan décadas atrás. Si se busca una especie de marco teórico, se repiten algunos referentes: el posmodernismo y el posestructuralismo francés de filósofos como Jacques Derrida o Michael Foucault, en que estructuras, palabras y jerarquías se analizan, deconstruyen y cuestionan, dando un lugar preferente a las subjetividades. Enfoques que cruzaron el charco, aterrizaron en los campus estadounidenses y entraron en la misma juguera con otros ingredientes, como los movimientos de protesta y de defensa de minorías. El cóctel resultante es para algunos el terreno en que luego emergerían con fuerza fenómenos como el identitarismo o la corrección política."Estos términos, que solemos usar de modo más o menos intercambiable, efectivamente tienden a traslaparse; y aunque refieren a distintos aspectos del problema, está claro que comparten un telón cultural de fondo. Una parte de ese trasfondo fue anticipada por Tocqueville en el siglo XIX: la cultura individualista de la democracia contemporánea, nota él, no lleva solo a una ampliación de las libertades, sino también al reinado de la opinión y eventualmente a un despotismo de la opinión dominante", sintetiza Manfred Svensson, director del Instituto de Filosofía de la Universidad de los Andes e investigador sénior del IES.En las páginas de "Ideas periódicas. Introducción a la...

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