La deuda pendiente del vino chileno - 8 de Agosto de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 646585729

La deuda pendiente del vino chileno

"Cada uno tenía una mirada personal y demoramos un año en entender cuál era el camino a seguir y convencer a todo el grupo, pero nos ecualizamos a tal nivel que la idea original de tener un vino propio, una etiqueta común, hoy es la esencia de Vigno. Y Vigno hoy es más importante que las marcas", dice el enólogo de la viña Gillmore, Andrés Sánchez, presidente de la asociación Vignadores del Carignan, Vigno, que se formó en 2011 en la Región del Maule.

No solo se agruparon bajo una variedad común, sino que, además, establecieron requisitos para pertenecer: trabajar con parras de al menos 30 años de antigüedad, sin riego, plantadas en cabeza, en la zona sur del secano costero del Maule. Y para el vino, cada botella debe tener al menos 65% de carignan y 24 meses de guarda, y promover la marca colectiva Vigno.

El consenso al que llegaron los 14 socios de Vigno no se había dado antes en el vino chileno y, hasta ahora, no se ha repetido, pero es visto como un modelo para avanzar en la identidad de los vinos nacionales, uno de los aspectos en los que la industria está al debe.

Lo de Vigno es un ejemplo de cómo darle una caracterización concreta a las llamadas cepas patrimoniales, con un listado de condiciones, porque hasta es un concepto que alude a variedades antiguas o cultivadas por los campesinos, pero que no existe en otros países y no tiene una descripción formal.

Exigir que las uvas provengan de una misma zona es otro de los cambios que llama la atención de los viticultores del carignan, porque cuestiona la forma en que se han fijado las denominaciones de origen para el vino chileno, que responden a zonas geográficas y no al reconocimiento que implica para otros alimentos.

"Se dividió el país con papel y regla, como se hizo en África con la descolonización, teniendo en cuenta criterios administrativos y de ninguna manera considerando el terroir, los climas, los suelos ni las tradiciones. No existen denominaciones de origen para el vino en Chile", critica el historiador Pablo Lacoste, especialista en vinos y autor del libro "El pisco nació en Chile".

Quienes están dedicados a revalorizar la tradición en el rubro vitivinícola aseguran que, además de las denominaciones de origen y las definiciones que hacen falta ajustar, también está pendiente contar la historia completa del vino chileno, que hasta ahora sigue fragmentada.

"Si Francia ha logrado vender una botella de champagne a US$ 2 mil es porque ha desarrollado esta dimensión patrimonial, porque tiene una historia, un relato. La locura del sistema, de vender y vender, nos llevó a borrar todo eso. Afortunadamente, en Chile y América Latina se ha comenzado a prestar atención...

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