Quién está detrás del financiamiento para mitigar y adaptarse - 12 de Junio de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 682513769

Quién está detrás del financiamiento para mitigar y adaptarse

Pero, si bien las autoridades hawaianas querían que los usuarios cambiaran sus sistemas de energía por otros más sustentables, el costo de instalar paneles fotovoltaicos, por ejemplo, lo hacía difícil, especialmente para quienes tenían poco acceso al crédito o estaban en el grupo de menores ingresos.

Entonces, la Hawaii Green Infrastructure Authority (HGIA), de la oficina de energía estatal, creo el programa "Securitización del mercado de las energías verdes" (Gem, por sus siglas en inglés). Este emitió bonos por US$ 150 millones, respaldados por una tarifa de infraestructura verde que se cobra en las boletas de servicio público, y consiguió recursos para financiar tanto los sistemas fotovoltaicos así como otras mejoras de energía limpia de los usuarios.

De acuerdo con lo que señalan en su página web, con esa fórmula tienen la capacidad de financiar la instalación de más de 44 MW de energía, llevando energía a unos 30.000 consumidores desatendidos.

EL HGIA, igual que el Green Investment Bank del Reino Unido; la Clean Energy Finance Corporation (CEFC), en Australia; el Banco Verde de Nueva York o el de Conneticut y la Organización de Financiamiento Verde de Japón, son bancos verdes.

Es decir, instituciones financieras no tradicionales, que actúan como coordinadores entre recursos públicos, inversionistas privados e iniciativas que requieren recursos a bajo costo orientados a financiar la ejecución de proyectos de energías limpias de distintos tipos y tamaños.

Los bancos verdes, junto con los bonos verdes, son dos opciones que se consolidan a nivel global para conseguir que el mundo se vuelva más sustentable; es decir, que mantenga el nivel de vida actual, pero al mismo tiempo protegiendo los recursos naturales en el tiempo.

Porque los desastres naturales y los cambios en los sistemas productivos que ya se asocian al cambio climático dejan claro que el mundo requiere invertir para detener el calentamiento global; o sea, emitir menos gases de efecto invernadero y adaptarse a las nuevas condiciones.

Y no se trata solo de alimentarse con orgánicos, usar ampolletas led o circular en bicicleta y usar menos el auto. Se refiere a transformar los sistemas productivos para que produzcan en condiciones de menos agua y más calor, instalar tecnologías que ahorren un agua cada vez menos disponible; producir con menos químicos, liberando menos emisiones. Y parte importante de las medidas de mitigación es utilizar energía limpia; es decir, que se genere a partir de recursos renovables no fósiles, y que, por lo mismo, liberan menos gases de efecto invernadero, especialmente CO2.

Son medidas que permitirían que los países, incluido Chile, cumplan con los compromisos adquiridos al firmar y ratificar el Acuerdo de París, en diciembre de 2015.

A nivel global las tecnologías existen. Y también las intenciones (al menos las de los 194 países que quedarán en el Acuerdo de París, después del anuncio del Presidente Trump de que retiraría a EE.UU.)

Pero lo que escasea, o más bien es difícil de conseguir, son los recursos económicos a un costo accesible para hacer el cambio. Es que los sistemas tradicionales de financiamiento todavía miran con desconfianza esas nuevas tecnologías verdes y, por lo mismo, el costo es alto o se enfrenta una gran competencia por los recursos.

"Este tipo de inversiones todavía son vistas como de riesgo, especialmente en el sector agroalimentario. Si bien los bancos están incorporando poco a poco criterios para evaluar esos créditos, no son específicos para hacerles frente a las nuevas situaciones...

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