Desmesura - 14 de Junio de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 642461161

Desmesura

Vivir una experiencia y ser incapaz de ponerla en palabras es la maldición de un columnista. Es lo que me sucede después de haber pasado diez días en Israel. ¿Por qué ir a Israel?, me preguntaban mis amigos: porque quiero ver con mis propios ojos, respondía, el lugar donde se gestó la civilización de la que me siento parte.

La palabra que primero me brota es desmesura. Partamos con el territorio. Este es desproporcionadamente pequeño, sobre todo para quien viene del Nuevo Mundo. Lo supera, y con creces, la Región del Maule. Su geografía es exagerada por lo hostil, lo seca, lo polvorienta, lo que permite aquilatar el gigantesco esfuerzo envuelto en la sobrevivencia de los humanos en estas tierras.

Su historia también es excesiva. Aquí estuvieron y se superpusieron todas las civilizaciones del mundo antiguo: egipcios, babilonios, asirios, nabateos, griegos, romanos, persas. Esto explica por qué, mientras los europeos eran aún bárbaros analfabetos, aquí se escribía la Biblia, el más bello, complejo e influyente libro jamás escrito; o que mientras Londres aún era un pantano, aquí se levantara Jerusalén.

Es desmesurada en su religiosidad. Aquí nacieron las tres grandes religiones monoteístas: el judaísmo, el cristianismo y el islam. En largos períodos de la historia han convivido pacíficamente, y en otros se han enfrentado cruelmente, pero no se han anulado ni perdido vitalidad. La religiosidad se observa por igual en los sectores humildes o iletrados -cuestión que a uno le parece hasta normal-, y en los grupos pudientes y educados. De aquí nacen también los conflictos que desgarran a esta tierra, los que se despliegan no solamente entre las tres religiones monoteístas, sino además en el seno de ellas. Así ocurre al interior del islamismo, donde el enfrentamiento entre chiitas y sunitas ha terminado por pulverizar a Siria e Irak. Es, asimismo, la amenaza que se cierne sobre la sociedad israelita por la creciente influencia de los judíos ultraortodoxos.

Israel, como nación, es fruto de una ambición desmesurada, muy propia del siglo pasado. Fue creada para acoger a un pueblo que por más de dos mil años...

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