El desafío del vino de lujo chileno - vLex Chile

El desafío del vino de lujo chileno

Fecha de publicación22 Abril 2024
E l salón del Hotel Rosewood está listo para la llegada de los invitados. La lista reúne a buena parte de los líderes del negocio del vino en São Paulo, Brasil. Críticos de vino, dueños de cadenas de supermercados, importadores, encargados de prestigiados restaurantes, consumidores avanzados y sommeliers esperan en el lobby a mediados de abril.
Eduardo Chadwick y Alejandra, su hija, saludan a cada uno de los asistentes. Algunos de los presentes conocen al viñatero chileno desde hace décadas. La conversación es animada, relajada.
São Paulo es la tercera parada de un tour que llevará a Chadwick en 2024 a presentar sus vinos más ambiciosos desde Londres a Tokio, pasando por Shanghái y Zurich. El objetivo es conmemorar los 20 años de la llamada Cata de Berlín.
En enero de 2004, el empresario organizó en el hotel Ritz-Carlton de la capital alemana una degustación a ciegas -en la que se cubren las botellas para evitar prejuicios por parte de los catadores-- de ejemplares como Château Lafite-Rothschild, Château Margaux o Château Latour junto a sus botellas de los valles de Aconcagua y el Maipo. El inglés Steven Spurrier y el suizo René Gabriel condujeron la sesión. Tras el recuento de los votos de los 39 asistentes, el primer lugar lo obtuvo Viñedo Chadwick 2000, el segundo fue para Seña 2001 y Lafite-Rothschild 2000 logró el tercero.
Los resultados de Berlín fueron una de las primeras llamadas de atención a los críticos internacionales de que en este lado del mundo se hacían vinos que podían pararse de tú a tú con los más reputados del mundo. Hoy no es raro que vinos como Don Melchor, Almaviva o Clos Apalta reciban 100 puntos.
Sin embargo, una cosa es lograr vinos extraordinarios, otra es venderlos en una categoría de precios que corresponde a la calidad. En las dos décadas que siguieron a la Cata de Berlín, la industria chilena del vino siguió atrapada en el "bueno, bonito y barato". Hoy la caja promedio se exporta en torno a los US$ 27 y las bodegas y los agricultores que la proveen de uva viven una de las mayores crisis de rentabilidad que se recuerde.
Por eso en la degustación de São Paulo ningún detalle se dejó al azar. El Hotel Rosewood es uno de los más exclusivos de Brasil, con habitaciones que parten en 600 mil pesos la noche y está ubicado a dos cuadras de la avenida Paulista, el centro de negocios de la ciudad. Una de las paredes del salón de cata es de vidrio y sirve para observar al Cidade Matarazzo, un arbolado edificio que es parte del hotel y que fue diseñado por el arquitecto Jean Nouvel...

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