'Las decisiones que tomamos en los diferentes momentos estuvieron bien tomadas. De eso no hay mea culpa '
icardo Lessmann pasó gran parte del 2015 y 2016 arriba de un avión con destino a Nueva York para negociar con los acreedores de Gildemeister, con quienes logró reorganizar la deuda de más de US$ 700 millones. Pero hace 27 años, cuando su negocio de venta de autos en la Alameda no funcionaba, su dinámica era otra y tenía que ir a los puertos a hablar con los operadores de barcos para que le vendieran autos marca Hyundai y pudiera comercializarlos de forma directa, luego que la Gildemeister -de la que él no era controlador- de esos años decidiera salirse de la "loca idea" de vender autos coreanos en un país como Chile.
A sus 66 años, Ricardo Lessmann, presidente de Gildemeister, tiene claro que no se va a rendir. "Yo no me canso tan fácil. Jamás, nunca pensé en tirar la toalla", responde en esta, su primera entrevista después de la crisis que puso en aprietos en 2015 al grupo, que luego de ingresar a Brasil vio en primera persona la crisis del país carioca, lo que sumó a una desaceleración de la economía chilena y peruana. Luego de ese período, salió obligado de Brasil -donde recalca que no volvería en ningún caso-, tuvo que olvidarse de Centroamérica, abandonar todos los negocios que no fueran autos, y vender cuanto activo prescindible encontrara.
Este año, dice Lessmann, por fin alcanzarán un punto de equilibrio, tendrán un Ebitda superior a los US$ 65 millones de 2017, alcanzarán la caja suficiente para hacer frente a compromisos financieros de corto plazo y venderán autos del orden de US$ 1.300 millones entre Chile y Perú, de la marca Hyundai.
-¿Cómo llegan a esta crisis?
"Tuvimos años de bastante crecimiento, principalmente entre 2011 y 2013. Ventas del orden de US$ 1.500 millones, un buen portafolio de productos exitosos en los segmentos en los que estábamos. Se nos dio la oportunidad de financiar ese crecimiento con bonos que se emitían en Estados Unidos, y ahí nos metimos en esos bonos pensando que el negocio y las economías de los países donde estábamos iban a seguir para arriba. Vino un deterioro bastante potente, el PIB de Chile empezó a caer de una forma brutal, en Perú ocurrió lo mismo. Vimos una caída en el mercado automotriz en Chile de las 380 mil unidades al año a 280 mil, que nos pegó bastante fuerte; pese a que compramos en dólares, el won (moneda surcoreana) se mantuvo bastante firme, no así el yen (divisa japonesa) que se depreció mucho y hacía los autos japoneses mucho más competitivos. Ahí empezamos a ver cómo nuestros márgenes disminuían en una forma no menor, y las ventas empezaron a caer. Eso nos llevó a que en algún minuto tuvimos que entrar a una nueva renegociación que fue en 2015, que finalizó en febrero de 2016 para salir de todo este atolladero, porque eso era en realidad".
-Ahí también quisieron ingresar a Brasil, ¿fue una buena idea?
"Brasil, a los dueños de la compañía les dolió...
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