Las cuevas del tesoro de SRI LANKA - 15 de Mayo de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 638301581

Las cuevas del tesoro de SRI LANKA

Decir que hoy es uno de los destinos turísticos más completos del mundo le hace justicia. Tal vez no existe otro país 11 veces más pequeño que Chile con tanta riqueza cultural y atracciones de selva y playa. Y habitado por veinte millones, la mayoría gente sencilla que sabe sonreír. Pero que también muchos saben odiar. Por eso, entre los cingaleses, que son el 75 por ciento de la población, y los tamiles, solo el 10, el conflicto sangriento permanece latente. Todo hace temer que solo se encuentra en una pausa larga. Una inestable pausa tras muchos años de guerrilla tamil y dura represión oficial del gobierno de esta República Democrática Socialista.

En la época colonial se encuentran las raíces del conflicto que por décadas ha remecido al país. Durante el siglo XIX -para mejorar sus ganancias-, la Corona británica promovió el ingreso de casi un millón de trabajadores tamiles desde la India, destinados principalmente a las plantaciones de café y té. Los cingaleses, que dominan el país, llegados mucho antes desde otra región de la India, han luchado -desde que lograron la independencia- para que los tamiles traídos por los británicos regresen a su región de origen. Muchos lo hicieron, pero millones de ellos permanecen aquí, aferrados a su nueva patria.

El arte de no zafar

Hemos llegado al centro de la isla, área conocida como Triángulo Cultural, en la provincia de Madhyama Palata. Ya recorrimos las milenarias capitales históricas, Anuradhapura y Polonnaruwa, salvadas por milagro de la desaparición en medio de la selva. Hoy son yacimientos arqueológicos que pueden dejarnos con la boca abierta aunque vengamos de recorrer las viejas Grecia y Roma. Pese a los saqueos de los colonialistas europeos y al abandono de siglos, estas ciudades ahora pueden ser visitadas como auténticos prodigios del espíritu humano.

Ahora estamos en un lugar del Triángulo Cultural que casi no tiene iguales en el mundo. Se trata de cuevas budistas que Unesco protege como Patrimonio de la Humanidad, con el nombre de Templo Dorado de Dambulla.

Excavar en su historia es requisito para entenderlas. Desde siete siglos antes de Cristo, una alta roca de neis, piedra semejante al granito y de color negro azulado, ha sido aquí casa del hombre y sus dioses. Se hizo refugio monástico de los primeros ascetas convertidos al budismo y por eso sus enormes grutas conservan huellas budistas de dos milenios. En la roca de neis se han cavado más de 80 cuevas. Cinco de ellas sobresalen hoy como templos. Se hallan repletos de Budas, y conservan algunas pocas imágenes hinduistas y esculturas de tres reyes benefactores.

Christoph Engels, párroco protestante de Leverkusen, en el Rin, hizo "un viaje religioso y espiritual alrededor del mundo" (a veces sin levantarse de la mecedora), para escribir Mil lugares sagrados. Se detuvo en este santuario. Le interesaba por ser uno de los centros de recogimiento más venerados...

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