Cuestión de tiempo - 3 de Octubre de 2021 - El Mercurio - Noticias - VLEX 876405184

Cuestión de tiempo

No hay discurso fúnebre cuando echan a un entrenador, porque el hombre no se ha muerto ni se ha marchado al otro mundo.Está en domicilio conocido, el propio o alquilado, donde reposa algunas tardes, lo tiene merecido; masculla por las noches, sin resentimiento ni bruxismo; y la mayor parte de los días, incluya las noches, se sienta en el living room de su casa o departamento, a la mano algo de picar y beber, nada fuerte, para que no le entre el sueño, mientras enfrenta un plasma como Dios manda, y así observa lo que viven y sufren los que aún dirigen, porque donde estaba él, ahora hay otro.Se trata de posiciones líquidas y cargos acuosos que se intercambian sin trabas ni dificultades. Es cosa de saber esperar. Lo sabe el que entrena y lo sabe el que lo mira por la tele partido tras partido, campo internacional y siempre el local, con sus compañeros y compadres de profesión que se mantienen pegados a las canchas y gritando lo mismo que él.En su caso hubo órdenes desoídas, indicaciones mal seguidas y advertencias apenas asimiladas por los once que partieron y después por los reservas que entraron.Cómo los echan, Dios mío, con que rapidez y frialdad, y vayan pasando de a uno. Hay tantos, hay cada vez más. La vida no está fácil para los entrenadores en general. Y si son chilenos, está más difícil que nunca.Hace unos meses, cuando el equipo sumaba de a tres, en ese entonces, los jugadores habían entendido su idea: plan, posiciones en la cancha, el ida y vuelta, tipos de marca, vocación ofensiva, composición de lugar, esquema y la disposición...

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