Cuarentena en una lancha - 10 de Abril de 2021 - El Mercurio - Noticias - VLEX 864073616

Cuarentena en una lancha

Ese amanecer del domingo 28 de febrero, Mario Bravo recuerda que le tiritaron las piernas y dejó de sentir el olor del océano. Estaba a unas seis horas mar adentro de Constitución, en la lancha "Oceanía", y lo que al principio pensó que era un catarro rebelde, como los que suelen darle en cada viaje, esta vez fue diferente.-Cuando me resfrío me duelen los huesos, pero acá nada, nada, nada -repite a través del celular Mario Bravo, de 45 años.Mario Bravo es moreno, grueso, de hablar tosco y desde que tenía 13 años que se dedica a la pesca, principalmente de bacalao, un recurso que abunda en la Región del Maule.Cuando les contó a sus cinco compañeros de la lancha lo que le pasaba, recordaron que el zarpe se había retrasado dos días, justamente porque al momento en que debían partir Bravo se sentía mal. Fue tras celebrar el cumpleaños de su hija menor, una semana antes.-Pero no fue un cumpleaños -justifica Jessica Torres, esposa de Mario Bravo-. Era pura familia: mi mamá, mi suegra, dos cuñadas y mis hijas.El matrimonio relata que la tarde de la celebración llegó a la casa un concuñado que venía del trabajo: entró, saludó de mano y de beso a los presentes, se comió un trozo de torta y se fue. Calculan que estuvo 15 minutos. Días después se enteraron que muchos empleados del aserradero donde trabaja ese pariente dieron positivo por covid-19.Aún sin tener esa información, pero con la historia de Bravo y los síntomas que presentaba en el "Oceanía", el tripulante Alejandro Gallardo pensó en ese instante: "Estamos jodidos".Alejandro Córdoba, aparte de ser el capitán y patrón del "Oceanía", es primo de Bravo. Tiene 50 años, pero el pelo canoso, la contextura gruesa y la voz ronca lo hacen lucir mayor,Su ascendencia sobre la tripulación se nota. Todos se refieren a él siempre como el "capitán", incluso quienes no trabajan a su mando.Mario Bravo admite que cuando le contó cómo se sentía y lo que había hecho en los últimos días el patrón se molestó.-Me retó... bueno, no me retó, me conversó. Es que no fue una fiesta, no fue un cumpleaños grande, éramos siete personas -insiste Mario Bravo y recuerda que Córdoba le dijo: "Ya, te vamos a ir a dejar, porque a lo mejor te dio el resfrío". Yo respondí: "No, esto tiene que ser el corona'".Él no sabía que a esa altura en tierra firme su esposa e hija tenían dolores de cabeza.Córdoba giró el timón y recorrió las 40 millas que lo separaban del continente. Enfiló hacia el Puerto Maguillines, que le quedaba más...

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