En cuarentena, ser un buen vecino implica un esfuerzo doble - 6 de Abril de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 842643737

En cuarentena, ser un buen vecino implica un esfuerzo doble

La semana pasada, en el barrio Bellas Artes hubo reclamos por ruidos molestos. Risas y gritos alertaron a los vecinos, pero solo los dueños de casa estaban en el lugar. Las otras 20 personas que completaban el bullicioso escenario estaban conectadas a través de una aplicación. Aunque siempre la relación entre vecinos ha sido compleja, en tiempos de cuarentena los posibles conflictos se agudizan y también cambian. Las reglas de convivencia están bajo una prueba máxima.Camila (36) es fotógrafa, por lo que está acostumbrada a trabajar en su departamento en Providencia. Por eso estar en su casa no ha sido un problema para ella, pero sus vecinos sí. "La gente se olvida lo que es vivir en comunidad, en un edificio donde todo se escucha", opina. Por eso no entiende lo reacios que son algunos a usar audífonos, por ejemplo, como su vecina que hace videoconferencias en la terraza, "incluso cuando hace ejercicios con el pololo".Conciencia del otroAunque los ruidos molestos no son excepcionales, la cuarentena les da otro significado. "Estamos enfrentando un fenómeno complicado y nuevo. No estamos acostumbrados a estar encerrados, y menos todos al mismo tiempo", dice Ana María Rodríguez, psicóloga de la Clínica Universidad de los Andes. Por ello no solo hay que lidiar con el estrés de la pandemia, sino que también se agrega el estrés de los vecinos, continúa. Este también puede terminar en molestias físicas, como dolor de cabeza o mal dormir, entre otros.Marta (59) llegó a Chile hace pocos meses desde Venezuela. Ella y su hija se cambiaron a un departamento en Ñuñoa justo antes de que empezara la cuarentena. "Era media mañana cuando de repente escuchamos un alarido tremendo. Nos asustamos mucho, porque no sabíamos lo que pasaba", cuenta. Ahora saben que los vecinos de arriba salen al balcón dos veces al día a "descargar energías". Y a ello se suman largos períodos de zapateos; aún no determinan si sus vecinos están jugando fútbol o bailando. Asegura que no han reclamado a la conserjería porque están recién llegadas, pero advierte que la paciencia se les está agotando."Ahora tengo que ser aún más consciente de cómo mis actos van a repercutir en los otros", asegura la psicóloga Ana María Rodríguez. Por ello el cumplir las reglas con relación a los ruidos es algo en lo que se debe tener más cuidado. "Cada uno tiene que colaborar, y cuando hay niños y adolescentes esto se debe reforzar aún más", agrega. Establecer reglas claras es esencial.Gonzalo (40) no...

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