¿Cuáles son los mejores memorialistas
¿Homicidas? ¿Cuatreros? No. Se trataba de Manuel Barros, Faustino Valenzuela y Manuel José Arriagada, acusados de participar en un conato revolucionario contra el gobierno de José Joaquín Prieto y su todopoderoso ministro Diego Portales.
Este es el pasaje que cita como ejemplo de la capacidad que tiene Pérez Rosales para iluminar la historia nacional, a través de pequeños incidentes, el profesor de literatura Leonidas Morales, de la Universidad de Chile. Morales es uno de los mayores expertos en memorialistas locales y editor del "Diario íntimo" de Luis Oyarzún.
"Hay memorias que se dejan leer con más gusto que otras -afirma-. Siempre celebro, a pesar de que son ya centenarias, "Recuerdos del pasado". Hay una cantidad enorme de memorias que utilizas porque te entregan información, pero estas todavía se pueden leer como si fueran buena literatura. El autor es más relajado, narra lo que ve, dice lo que piensa y surge así una prosa muy grata".
También Armando Uribe, conocido lector y escritor de memorias, cita en primer lugar la obra del aventurero que buscó oro en California y fue nombrado Agente de la Colonización del Sur en 1850. Lo mismo piensa Rafael Gumucio. "Evidentemente es el mejor de todos y, además, uno de los mejores libros chilenos en todas las categorías", dice el autor de "Memorias prematuras". Cristián Gazmuri coincide en que la obra de Pérez Rosales es insoslayable. "Cada vez que lo vuelvo a leer o consultar, encuentro el libro mejor", afirma el historiador de la Universidad Católica.
"Una de las más notables memorias del siglo XIX", opina también Guillermo Parvex, editor del best seller "Un veterano de tres guerras". "En ellas, Pérez Rosales entrega en primera persona su testimonio, que sin embargo excede los límites del personalismo y adquiere dimensiones históricas", constata Parvex.
Para el historiador Joaquín Fermandois, de la Universidad Católica, la obra reúne varias esferas de la vida ("el recuerdo histórico, la política, la geografía, el viaje, cuando viajar constituía un hecho extraordinario") y destaca su "prosa decidora del carácter del autor, un hombre con fortaleza interior y dispensador de seguridad".
Memorias de escritores
Entre los memorialistas del siglo XX, el nombre que alcanza mayor consenso es el de José Santos González Vera y su libro "Cuando era muchacho" (1951). Tanto Uribe como Gumucio lo ponen en el segundo lugar de sus preferencias. "Sus textos son todos memorias noveladas, o novelizaciones de la memoria", explica el profesor de literatura Hugo Bello, de la Universidad Alberto Hurtado. "Es un prosista escueto y selectivo, que invita a la lectura por esa sequedad del lenguaje. Desprecia adjetivos muertos o descripciones, redundancias y párrafos dramáticos. Es un ejemplo estilístico de circunspección. Un narrador que no se parece a nadie".
Leonidas Morales lo considera un libro de gran importancia, al igual que "Memorias de un tolstoyano", de Fernando Santiván. "Ambos contienen detalles que iluminan no solo un momento histórico, sino también la ideología de los anarquistas y su moral abierta, pero nunca excedida".
Al mismo...
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