Crónica de un femicidio adolescente - 1 de Agosto de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 579633182

Crónica de un femicidio adolescente

-Tiene que venir, señora Traudy. Pasó algo muy grave -vociferó María (55), apoyada en el cerco de su casa a las nueve de la noche.

Traudy se asomó a la puerta: era la madre del pololo de su hija menor, Tania, de 14 años.

-Tiene que venir. El diablo anda suelto -insistió María.

Traudy se puso unas botas y cogió una linterna. Pensó que el volcán Calbuco, que hace un mes había hecho erupción, podría estar explotando. Pero no vio nada en el cráter.

-¿Le pasó algo a la Tania? -presionó su madre mientras se acercaba a la cerca.

Aunque Traudy y María viven en el Fundo Las Cumbres, en Río Pescado -una zona rural que queda a 28 kilómetros de Puerto Varas-, no se conocían realmente, hasta esa noche.

Traudy le siguió los pasos a María mientras repasaba los últimos momentos con su hija, de hacía poco más de una hora.

-Le serví un té con leche sin lactosa y se comió una empanada de champiñones que yo misma amasé para recibirla cuando volvió del colegio -recuerda Traudy hoy.

A las 19:15, Tania se cambió el uniforme y junto a su pololo de 16 años -Dani, para efectos de este reportaje- se sentó a tomar once en la casa de ella. Desde entonces que no veía a Tania.

El sendero de ripio y sin alumbrado eléctrico estaba oscuro. Pero la linterna de Traudy siguió rastreando y 300 metros más allá de su casa se encontró con una camioneta. Pensó que a su hija la habían atropellado, pero cuando halló el cuerpo de Tania atravesado en el camino sobre un charco de sangre, y notó que su pololo no estaba con ella, se puso a maldecir.

-Su hijo es un monstruo -le gritó la mamá de Tania a María mientras se abalanzaba sobre su hija que yacía en la tierra con las manos empuñadas y sus ojos pardos abiertos.

Traudy puso el oído en el pecho de su hija: no había latidos.

-Tenía la cabeza quebrada. Pensé que podía salvarla porque sentí su calor, pero no respiraba ni tenía pulso -dice la madre de Tania con la voz entrecortada y secándose sus ojos azules con una servilleta.

No puede contener las lágrimas al hablar de su hija. A dos meses de enterrarla, Traudy acepta dar esta entrevista lejos de su casa.

-Al menos aquí no hay objetos que me recuerden a ella -dice mientras un sol tramposo de fines de junio se cuela por las ventanas de un café de Puerto Varas.

Luego se queda en silencio y baja la cabeza. La música pop que sale con fuerza de un parlante del local logra camuflar su llanto.

Entregar a un hijo

Eran pasadas las 20:00 de ese 27 de mayo cuando Dani despertó a su madre.

-¿Y la Tania? -le preguntó María a su hijo de 16 años al verlo llegar a la casa con las manos y los pantalones ensangrentados.

-Pensé que le habían pegado. Pero él me abrazó llorando y me pidió perdón. "No, mamá, peleamos y la maté", me dijo. "La maté porque me engañó" -se lee en la declaración que su madre entregaría horas más tarde a la policía.

-Vamos donde tu papá y tu hermano al culto, ellos te pueden ayudar -resolvió su madre.

Víctor (52), mano derecha del pastor de una iglesia evangélica del sector, sintió los golpes en la puerta y, al encontrarse con su hijo, salió del culto.

-Perdóname, papá, me dijo, y yo lo abracé. Mientras caminábamos los dos solos, le pregunté qué le había pasado: "Le pegué a la Tania en la cabeza con una piedra", me dijo. Yo le pregunté por qué lo había hecho. Entonces me contó que la chica le confesó que había estado con otro joven y que al salir de la casa de ella, en dirección a la casa de la tía, se pusieron a discutir producto de lo ocurrido, y que él la golpeó en la cabeza para dejarla tendida en el piso y luego recurrir a nosotros -se lee en la declaración policial del padre de Dani.

Entonces el padre, temeroso de que atentara contra su vida, le dijo que lo llevaría a Carabineros.

Mientras su padre conseguía la camioneta de un familiar para trasladarlo, Dani sacó un vaso de bebida del refrigerador y se lo tomó al seco. Con las ropas manchadas, se fueron al retén.

Cuando eso ocurría, la madre de Dani y el hermano de este...

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