La creadora del espumante que deslumbró a Josep Roca
Lucía tiene sesenta años, estatura baja y pelo castaño. Saluda con un abrazo y dice que siempre es así, que cada vez que alguien la visita sale a encontrarlo al camino porque es muy difícil llegar, aún cuando su viña es una de las pocas que interrumpe el paisaje verde y cerrado de los bosques.
-Ya mandé a hacer una señalética para indicar que aquí está la Viña Mirador del Valle y será más fácil llegar, pero me he demorado en encargarla. He tenido muchos gastos -dice, y muestra cuál camino seguir para entrar en la viña de seis hectáreas que comparte con sus cinco hermanos y su madre en el sector de Cerro Verde, en la comuna de Ránquil.
Lucía viste sencillamente: jeans, una blusa blanca, una chaqueta de polar gris y zapatos bajos. Lleva las uñas pintadas de color beige y un labial rosado suave. Pese a los altos y bajos de los cerros, camina a paso rápido -con la seguridad de quien conoce bien el sendero- hasta llegar al galpón de adobe y tejas donde elabora y guarda sus celebrados vinos, que no sobrepasan las 1.500 botellas en total. Todas las de moscatel, país y late harvest llevan el nombre de la viña: Mirador del Valle. Solo el espumante, que ha sido recomendado en más de cinco artículos internacionales que hablan sobre el valle del Itata como uno de los productos que hay que conocer, tiene nombre propio. Se llama Brutall.
Hace solo cuatro años comenzó a embotellar allí sus vinos -antes vendía las uvas a las viñas de la zona central, al igual que el resto de su familia- y hace dos ganó una medalla de oro con su moscatel Mirador del Valle en el Concurso Mundial de Bruselas Chile 2014, en Colchagua. Después de eso empezó a visitarla mucha gente. Cuenta que han llegado periodistas, enólogos y críticos chilenos y extranjeros, personas que la llaman para probar sus vinos y comprar algunas botellas. Pero ella no cree que sus vinos sean especiales. Dice que solo ha sido suerte.
-La gente viene, recorre la viña, se saca fotos, prueba los vinos y se lleva algunos, pero uno no sabe qué pasa después -dice, mientras descorcha una de las pocas botellas de su espumante Brutall que guarda en su bodega. Le quedan poco más de 12 botellas, de las 800 que hizo en 2014.
Precisamente, fue una de esas botellas la que llegó a manos de Josep Roca, el sommelier de El Celler de Can Roca -que fue elegido el Mejor Restaurante del Mundo en 2014 y 2015- durante su visita a Chile hace algunas semanas. Y lo deslumbró.
-Fue un placer poder mostrar el Brutall de Lucía Torres. Me encantó, aún tengo una botella en casa -dijo Roca desde Girona, España.
El sommelier español no escatimó adjetivos para describir qué le produjo...
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