Concesionario pagó $3 millones por operar todos los estacionamientos de Zapallar en 2015
Hasta hace una década, el tema no estaba formalmente regulado. Pero en 2004 se aprobó una ordenanza que permitía el cobro para pagar "los elevados gastos en salvavidas, aseo, inspectores, etc., que acarrea la mantención y cuidado de las playas", según dice el Decreto 448.
Hoy, la concesión incluye 280 estacionamientos en 4 playas de la comuna de Zapallar: la playa de Zapallar, Los Coirones, El Golf de Cachagua y La Laguna. En todas ellas se debe pagar 1.000 pesos por una hora o 5.000 pesos por el día, durante el verano (de diciembre a marzo), vacaciones de invierno, Fiestas Patrias, Semana Santa y fines de semana largos.
Si se calcula un auto por día en cada espacio, solo durante los meses de enero y febrero se pueden generar ingresos por 82 millones de pesos. Sin considerar que muchas veces, un mismo cupo es usado por un auto en la mañana y otro en la tarde.
¿Se condicen las ganancias que obtienen los concesionarios con lo que pagan al municipio?
"El Polígrafo" analizó las licitaciones de los estacionamientos de 6 playas del litoral central (Papudo, Maitencillo, Zapallar, Quintay, Santo Domingo, Algarrobo) y, además, hizo un recorrido para verificar las condiciones en las que funcionan.
Hay varios datos que llaman la atención. En el caso de Zapallar, la licitación está hace 8 años en manos del mismo concesionario -Óscar Saavedra Rojas-, quien debe pagar 3 millones de pesos por el permiso para operar las playas en 2015 y otros 3 en 2016, ya que su contrato dura hasta el próximo año.
En la última licitación realizada en Zapallar, solo hubo tres oferentes: Saavedra Rojas y otras dos sociedades que, a su vez, eran del mismo dueño y quedaron descalificadas en la etapa administrativa por no presentarse a una reunión. El concesionario ha ganado, además, otras 19 licitaciones en la Municipalidad de Zapallar y 52 en todo Chile, como independiente o con sociedades en las que participa.
Maitencillo -perteneciente a la Municipalidad de Puchuncaví- también es un caso particular. En ese balneario hay 700 estacionamientos que tienen la tarifa más cara del litoral central: 500 pesos por 30 minutos y 5.000 pesos a partir del minuto 31. La administración fue otorgada por trato directo a la Junta de Vecinos N° 4, que debe pagar al municipio 5,5 millones por la concesión, la misma que antes fue licitada a empresas privadas por 35 millones de pesos.
La junta -presidida por un ex candidato a alcalde en 2012 que compitió en la lista PS-DC- se ha comprometido a invertir el dinero recaudado en mejoras a la localidad y asegura que existe un sistema de control que comunica directamente los ingresos a la municipalidad. Sin embargo, en el municipio niegan que exista dicho sistema y agregan que no tienen interés en las ganancias.
El precio de las concesiones en Zapallar y Maitencillo contrasta, por lo bajo que resulta, frente al que se paga en Algarrobo (181 millones de pesos por 2.000 estacionamientos), Santo Domingo (9 millones por 700 espacios) y Papudo (11 millones por "10 calles", medida que usa la municipalidad).
Además, se detectó que en Zapallar y Maitencillo se sigue dejando sin cobro a quienes tienen permiso de circulación del lugar, práctica absolutamente prohibida por la Contraloría.
Finalmente, en el recorrido se observaron otros cobros informales, como en Quintay, donde un centro de madres tiene un permiso municipal para pedir propina por cuidar autos en la Playa Chica. Sin embargo, ellas establecieron una tarifa obligatoria de 1.500 pesos.
Licitación está hace 8 años a cargo del mismo concesionario, que se ha adjudicado otras 19El 21 de junio de 2013 se cerraba la licitación llamada "Concesión, explotación y servicio de control de estacionamientos en la superficie de la comuna de Zapallar", en Mercado Público. En ella, tres oferentes hacían sus propuestas: Óscar Saavedra, Pedro Agustín Vial Valenzuela Inversiones y Rentas, y Servest Limitada. Los dos últimos, ambos de propiedad de Vial, fueron rechazados por no presentarse a una reunión informativa. Entonces, Óscar Orlando...
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