El comisario Montalbano vuelve a Sicilia - 18 de Junio de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 682956209

El comisario Montalbano vuelve a Sicilia

¿Qué ha pasado? El misterio tras la escena que vemos en este momento, justo mientras se graba, lo desvelará Amor, el último capítulo hasta ahora de El Comisario Montalbano, la serie que este año ha vuelto a filmarse en Sicilia.

Nos encontramos en Punta Secca, en la parte sudoriental de Sicilia, uno de los set donde se están filmando dos capítulos de esta serie basada en las novelas de Andrea Camilleri: es un pueblito costero con una playa de arenas blancas que se pierde en la lejanía y un mar plácido. Se trata de un sector de la Marinella de Montalbano. Desde aquí parte nuestro recorrido por esta zona, que hace 19 años -y durante dos meses- se convierte en el escenario de las vicisitudes del comisario más famoso de Italia.

Dejamos a Montalbano tomando café en la terraza de su casa mientras intercambia información sobre un nuevo delito con Mimí (diminutivo de Domenico en Sicilia) y Fazio, sus colaboradores, y nos alejamos de la costa.

Mi anfitrión-guía es Pasquale Spadola, que no solamente conoce el territorio como la palma de su mano ("Soy 'ragusano doc' desde hace varias generaciones", dice), sino que lleva casi 40 años participando con diversos roles en la mayor parte de las películas que se han filmado en esta zona. Empezó en 1982 con Caos, de los hermanos Taviani, y luego ha trabajado con los principales directores italianos, entre ellos Giuseppe Tornatore y Gianni Amelio. Y hace 19 años es responsable de encontrar los escenarios para filmar el Comisario Montalbano, que llegó aquí, a la provincia de Ragusa, "casi por casualidad", según dice.

"Primero la idea era hacer el set en Porto Empedocle, que sería 'Vigata', esa ciudad imaginada por Camilleri, pero la producción se dio cuenta de que no tenía mucho que ver; entonces decidieron venir a esta zona... Y aquí estamos desde 1998", explica, mientras nos dirigimos a Ragusa, la capital provincial.

Llaman la atención los cerquitos de piedra de no más de medio metro de alto que se extienden a ambos lados de la carretera. Se llaman "muretti a seco" y se trata de un tipo de edificación muy antigua que no usa cemento ni otro tipo de adhesivo: las piedras simplemente se ensamblan a la perfección.

En ambos lados de la carretera la vista se pierde en las grandes extensiones de campos cultivados, sobre todo de berenjenas y tomates, aunque también hay olivares, almendros, algarrobos y grandes plantaciones de flores que no se ven porque en este periodo están protegidas por coberturas de polietileno, imprescindible en esta zona (antes de aterrizar, cuando se ve este paisaje uno no entiende mucho qué son estas extendidas manchas grisáceas).

Nuestra primera meta con Pasquale es Ragusa, construida en los faldeos de una colina que fuera totalmente destruida por el terremoto que asoló a esta zona en 1693, y reconstruida casi inmediatamente de acuerdo al estilo de la época: el barroco. Es un barroco tardío que se advierte no solamente en las fachadas, sino que también en el interior de sus iglesias y palacios: la zona inferior se llama Ibla (que antes era el nombre de toda la ciudad) y hoy es el corazón del centro histórico de Ragusa.

Una particularidad de Ibla es que fue reconstruida basada en el plano urbanístico medieval original. Por eso las callecitas son muy estrechas y hay que recorrerlas de todas maneras a pie, aunque hay un curioso "trencito" turístico que en realidad no es tren, sino un pequeño bus decorado como tal, incluyendo locomotora y carros.

Llegamos a la calle...

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