El club de las malas madres - 3 de Mayo de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 637509465

El club de las malas madres

La primera en poner a circular este verbo fue la publicista y relacionadora pública española Laura Baena, 42 años, dos hijos, de uno y 4 años. Luego de tener a su primera hija, regresó a su trabajo en una agencia de publicidad -donde se había hecho cargo de cuentas importantes, como la del Banco Santander o de Coca Cola- y se topó con el rechazo de sus jefes y las cortapisas a toda posibilidad de ascenso o aumento de responsabilidades. "Esta no es una empresa para mamis y bebés", cuenta que le dijeron. A la frustración se sumó pronto el agotamiento, físico y mental, provocado por la imposibilidad de lo que ha descrito como "llegar": llegar a la hora a recoger a su hija, llegar a tiempo a la reunión, llegar al final de la lista de tareas por hacer. En suma, ser lo que se esperaba que fuera: la mamá perfecta, esa que hace los disfraces de sus hijos a mano, que cocina cupcakes junto a sus hijas, que lleva a sus niños a cuánta actividad extraprogramática exista y, además, se las arregla para aportar con la mitad del dinero que la casa necesita. Una meta imposible.

De a poco comenzó a escribir sobre lo que sentía en su blog: "La niña sin nombre". Sus desahogos, donde describía con aguda pluma sus intentos fallidos por "llegar", hicieron eco en muchas otras mujeres que, como ella, se sentían exhaustas y sobreexigidas. Un día domingo, de madrugada, abrió una cuenta en Twitter que llamó MalasMadres. Y el feedback que recibió fue tanto que pronto se instaló con su concepto de malamadrear en todas las redes sociales. En marzo de 2014, estrenó la página web El Club de las Malas Madres: una "comunidad emocional" -así le gusta describirla- que a través de los testimonios de mujeres -las madres 3.0, dice- busca visibilizar lo que es realmente la maternidad en el siglo XXI, junto con reivindicar el derecho de la mujer a tener tiempo para sí misma, por el bien de su salud mental.

-Si tiene espacio propio todo el mundo, por qué no lo vamos a tener las madres -dice, al teléfono desde Madrid-. Es lo que hace que no te desbordes, que no caigas en sentimientos de culpa, en el estrés. Te hace ver las cosas con distancia y eso es fundamental, sobre todo para sentirte bien, estar a gusto, y eso se transmite a los hijos.

En dos años, el club se ha convertido en una plataforma virtual influyente, con 170K en facebook, más de 25K en Twitter, 66,5K en Instagram y 30 mil socias inscritas en el blog (solo el 21 por ciento de ellas madrileñas), que cuenta con más de 30...

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