Secuestrador de Cleveland arriesga pena de muerte por abortos que provocó a una víctima
Con la cabeza gacha, la vista dirigida al suelo y de espaldas al público y a la prensa, se presentó por primera vez ante el tribunal el estadounidense de origen puertorriqueño, Ariel Castro, sindicado como el único responsable del secuestro de tres mujeres durante más de 10 años.
Los cargos contra Castro son de secuestro y violación de Michelle Knight (32), Amanda Berry (27) y Gina DeJesús (23), y de secuestro de la hija de seis años de Berry, nacida durante su cautiverio y a quien se le practicó un examen de ADN para confirmar la paternidad del secuestrador.
El hombre mantuvo a las mujeres y la niña encerradas en su casa en un popular barrio residencial de Cleveland (Ohio), sin que nadie se percatara de los horrores que allí ocurrían, pese a los indicios que algunos vecinos denunciaron a la policía y que no fueron tomados en serio.
Tras leerle los cargos, la jueza Lauren Moore impuso una fianza de ocho millones de dólares y ordenó que Castro no tuviera contacto con las víctimas o sus familias.
Para que el hombre pudiera abandonar la cárcel tendría que desembolsar de inmediato 800.000 dólares en efectivo, una suma demasiado elevada para un desempleado como él, admitió su abogada defensora.
El fiscal Timothy McGinty dijo que estudiará solicitar la pena de muerte para Castro, porque su intención es acusarlo de asesinato con agravante, cargo relacionado con los abortos que, según denunció una de las secuestradas, le provocó a golpes.
Según McGinty, el estado de Ohio permite solicitar la pena de muerte para los "criminales más depravados que cometen un asesinato con agravante en el curso de un secuestro".
El hombre, de 52 años, se mantuvo inexpresivo durante los escasos 10 minutos que duró la comparecencia ante el Tribunal Municipal de Cleveland. No habló ni confesó sus delitos, solo susurró algunas palabras al oído de su abogada defensora, quien recordó que su cliente reside desde hace 39 años en Cleveland y nunca había sido condenado por ningún delito grave hasta esta ocasión.
"No quería salir en cámara", dijo la abogada asignada por la corte, Kathleen DeMetz, tras la audiencia.
Los hermanos de Castro, Oneil y Pedro, arrestados el lunes cuando una de las muchachas logró escapar de la vivienda con ayuda de los vecinos, estaban a su lado, pero no le hablaron. La jueza Lauren Moore los dejó libres y sin cargos.
"Un calvario"
El ayudante del fiscal Brian Murphy describió los secuestros como un "horrible calvario" para las mujeres. Las acciones de...
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