CIUDADES FUERA/DENTRO DE SERIE - 23 de Febrero de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 840662037

CIUDADES FUERA/DENTRO DE SERIE

Bienvenidos, como suelen decir esos carteles que se leen más rápido o más lento al llegar, al entrar en todas y cada una de ellas, de todas esas ciudades. Se las mira, sí. Fundiéndose en el plasma de una pantalla plana y con cada vez más pulgadas mirándonos en el centro de salas y livings. Pero en un principio -antes de tener el más remoto de los controles a mano y tantos canales para elegir y flotar- se las leía. En esos novelones decimonónicos (antes del cine y de la televisión, y con apenas un puñado de fotografías color sepia) en los que los autores como Dumas o Dickens o Balzac o Eliot intercalaban en sus ficciones capítulos casi documentales en los que, como si se trataran de postales obsesivas, se veían obligados a describir al detalle esas ciudades verdaderas o no a las que llegaban sus personajes reales o irreales. Entonces, nadie poseía la memoria visual y automática y rebosante de referencias tanto íntimas como públicas de algo como New York o París o Buenos Aires o Londres o Barcelona, o elijan ustedes el destino que prefieran (incluyendo aquellos imaginarios, pero que enseguida se volvían creíbles, como sin importar que estuviesen en la superficie de la Luna o en el centro de la Tierra o en el pasado o en el futuro). Entonces, había que (re)construir todo para el lector casi desde sus cimientos. Entonces era mucho más difícil (pero acaso más gratificante y personal) eso de "viajar con la imaginación".La llegada de pantallas de cine primero y de televisores después puso fin a esa era de exploraciones mentales y las dotó de entradas y salidas enciclopédicas en movimiento y de referencias inmediatas y reflejos automáticos. Y, de pronto, Manhattan era ese sitio en el que estaba el Empire State al que trepaba King Kong o los lofts por donde se acostaban Carrie Bradshaw & Co. en Sex and the City . Enseguida, todos podían viajar a todas partes sin salir de casa para descubrir (como en la película Pleasantville ) que a veces no era tan sencillo volver a ella. Y el mundo se volvió tan pequeño que se hizo necesario expandirlo en un nuevo atlas de ciudades inciertas (mi más sentido pésame a todos aquellos que ahora ya no saben qué hacer con todos esos planisferios de Game of Thrones ), pero también, auténticas. Ciudades en serie donde hacer transcurrir esas series. Algunas de ellas reales, pero regeneradas para funcionar según el género (como la Londres victoriana y pulp de Penny Dreadful ), otras falsificadas (ahí está esa Boston y esa Manhattan en verdad grabada en un estudio de Los Angeles por la que beben y ríen y sollozan los parroquianos de Cheers y los vecinos de Seinfeld y Friends ), para de pronto ser mucho más precisas que las que se nos cuentan en mapas y guías (pensar en el Baltimore de The Wire o en la New Jersey de The Sopranos o en la New Orleans de Treme o en la Montauk de The Affair o en la Los Angeles de Six Feet Under y de Ray Donovan , sin ir más lejos y yendo lejos). Y, muchas, inventadas o anticipadas (la distópica República de Gilead en The Handmaid's Tale ) y llegando para quedarse.A continuación, un modesto y muy personal atlas de aquellas a las que más viajó el pasajero que firma estas páginas, en movimiento con un sillón sobre una alfombra mágica.Gotham / MetrópolisDe acuerdo, son Manhattan. Pero en una rige Batman y en la otra se impone Superman . Y nunca entendimos muy bien cómo se la dividían, hasta que en 2016, el denostado con motivos filme Batman versus Superman: Dawn of Justice tuvo a bien solucionar el problema (que en verdad no es otro que el del héroe de la clase trabajadora enfrentado al paladín de los magnates), al menos para mí: ambas ciudades eran vecinas y estaban separadas apenas por una bahía. Lo que las volvía mucho más fácil de ser destruidas en cualquiera de esos combates de tercer acto en los que los rascacielos no dudan en caer sobre los sufridos y ya resignados ciudadanos que sueñan con mudarse a Smalville (donde tuvo lugar la juventud del Hombre de Acero ) o a la acaso más siniestra pero tanto menos sísmica Gotham (en la que también transcurre Batwoman ), donde Bruce Wayne es un niño nervioso que aún no ha descubierto esa perversión tan suya de andar saltando por tejados vestido de murciélago.Si todavía quedan ganas, ahí están la Central City de Flash o la Star City de Arrow (no confundir con la mucho más amigable Star City de Malcolm in the Middle...

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