El cierre de un ciclo: Estados Unidos retira a Cuba de la 'lista negra' del terrorismo
"(Cuba) no ha proporcionado ningún tipo de apoyo al terrorismo internacional durante los últimos seis meses y ha dado garantías de que no apoyará actos de terrorismo en el futuro", dijo Jeff Rathke, portavoz del Departamento de Estado al anunciar la decisión del gobierno. Aunque matizó que EE.UU. aún "tiene importantes preocupaciones y desacuerdos sobre ciertas políticas y acciones de Cuba".
La Casa Blanca se mostró complacida por este "nuevo enfoque" que, según dijo, "es un paso más hacia una relación más normal y productiva entre Estados Unidos y el pueblo cubano".
El Congreso estadounidense, de mayoría republicana, tenía 45 días para pronunciarse sobre la decisión tomada por Obama y presentar un proyecto de ley para tratar de revocarla, lo que no se produjo. Sin embargo, poco después del anuncio, los republicanos salieron a criticar la decisión del gobierno.
El ex gobernador de Florida y posible aspirante a la Casa Blanca, Jeb Bush, rechazó "la concesión unilateral a Cuba" por su retirada de la lista y pidió al Congreso que mantenga la presión sobre La Habana. En tanto, el presidente de la Cámara Baja, John Boehner, aseguró que Obama "ha entregado al régimen de los Castro una victoria política a cambio de nada".
Pero Nancy Pelosi, líder del Partido Demócrata en la Cámara de Representantes, dijo que EE.UU. "se deshizo del peso de una estrategia anticuada (...) Es un gran paso hacía la creación de nuevas oportunidades para empresas y empresarios estadounidenses".
Con la eliminación de Cuba de la lista, se cumple la principal condición impuesta por la isla comunista para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas a nivel de embajadores. Los cubanos veían la designación de su país como patrocinador del terrorismo como un ataque a su imagen y una traba que les impedía el acceso a los bancos estadounidenses.
Una delegación de legisladores estadounidenses cerró justa esta semana una visita a Cuba y el senador demócrata Tom Udall, que encabezó el grupo, admitió que el hecho de que la isla salga de esa "lista negra" elimina un obstáculo crucial en el proceso hacia la normalización de las relaciones bilaterales. Los dos países cerraron el pasado viernes su cuarta ronda de negociaciones con el mensaje de que la reapertura de embajadas en Washington y La Habana, cerradas desde 1961, está "mucho más cerca", aunque no definieron una fecha exacta.
Antes de que se concrete este paso, el gobierno estadounidense quiere garantías de que los...
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