Centralismo, falta de recursos y ley obsoleta, el lado 'B' del patrimonio
Pero los problemas se extienden por todo el territorio. Monumentos en estado ruinoso y sitios arqueológicos expuestos a continuo daño aparecen como una constante. Y la falta de recursos, pero también una legislación superada por la realidad son parte de los factores que explican la situación.
"Nuestras opiniones no se toman en cuenta"
Más de 40 ejemplares de fósiles de ballenas fueron descubiertos en 1965 cerca de Caldera, durante los trabajos de construcción de la carretera panamericana. Aunque algunos fueron rescatados, otros terminaron destruidos por las máquinas o en manos de traficantes. Tuvieron que venir los trabajos de la doble vía Copiapó-Caldera y un nuevo hallazgo, en 2010 -correspondiente a uno de los mayores cementerios de ballenas en el mundo-, para que el Estado tomara medidas, se hiciera una operación rescate, y en 2012, 47 años después del descubrimiento original, se estableciera un área de protección.
Un caso parecido se da hoy más al sur, en la Región de Coquimbo, donde el año pasado se encontró un cementerio diaguita en medio de los trabajos de la Ruta 5. "Nos dicen que tenemos que sacar los fósiles de ahí si queremos salvarlos", cuenta Luis Marín, consejero del CMN y representante del Instituto de Conmemoración Histórica. El Consejo le pidió al Ministerio de Obras Públicas otra solución, pero "el camino ya estaba licitado".
Es que, reclaman en el CMN, su incidencia suele ser baja. "Uno piensa para qué sirve el Consejo si nuestras opiniones no se toman en cuenta", resume Emma de Ramón, consejera y subdirectora nacional de Archivos.
Y otro caso salta a la memoria, el rally Dakar en el desierto de Atacama, al que el Consejo se oponía, pues parte de su recorrido pasaba por encima de sitios arqueológicos. Sus recomendaciones no fueron oídas y durante el período 2009-2011 se dañaron más de 200 de dichos sitios.
76% del personal, a honorarios
En 2009, en la torre de la iglesia San Francisco, en Santiago, un arquitecto del CMN evaluaba la estructura a propósito de un plan de restauración. Abajo, medio en broma, sus compañeros repasaban las alternativas en caso de que el profesional se cayera. Las opciones incluían una completada o una colecta para pagar el hospital, rememora Óscar Acuña, ex secretario ejecutivo del CMN: el arquitecto estaba a honorarios y no tenía seguro médico, situación que hoy se replica en 101 de los 132 trabajadores del organismo.
La precariedad es histórica. Cuando se creó el Consejo, en 1925, sus...
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