El Crepúsculo del Canon: la (de)formación del canon latinoamericano. - Núm. 36, Marzo 2006 - Cyber Humanitatis - Libros y Revistas - VLEX 56845708

El Crepúsculo del Canon: la (de)formación del canon latinoamericano.

AutorSilva, Juan Manuel
CargoEnsayo cr
  1. Algunas disquisiciones preliminaree.

    La inminencia de agentes extraños, extranjeros, en todas las disciplinas sociales llamadas humanidades, ha sido una constante (quizá la única) en el último tiempo. Este intercambio a veces forzoso, una vez más, vuelve difusos los limites de los objetos de estudio, la metodología de análisis, la episteme y, finalmente, el estatuto de validez de la misma disciplina. En este poco alentador campo de batalla (o de intercambio), las literaturas (comprendidas pluralmente) no han escapado de la oleada teórica autorefiexiva, critica y descentradora venida de la escuela postestructuralista. Asimismo, dicha critica no ha sido más que la constatación crítica de la crisis. En este sentido, ya no sólo las humanidades, sino que también la ciencia, ha sido remecida de su estadio supraterreno y omnisciente, para descender a la categoría de "falible", "imprecisa" y "parcial" frente a aquella realidad que pareciera conmocionar nuevamente la megalomanía de conocimiento propia del espíritu humano moderno. Ante esto, está de más decir que la revisión de todos los presupuestos y fundamentos de las disciplinas que se han puesto en tela de juicio, no es más que la vuelta (diferente) del desasosiego intelectual propio de espiritus alertas; a este impulso que pareciera vivir aún en una capa letrada (o quizá aún de una Ciudad Letrada [1], según Angel Rama), no le han convenido nombres como: postmodernidad, sobremodernidad etc. Esto, ya que al pertenecer a un ámbito todavía iniciático y esotérico, su nombre ha sido transmitido como un mantra para acallar o azuzar el inminente pesimismo de una divinidad innominada, llena de frustraciones y siempre por venir. En este desconcierto generalizado, una serie de nombres, apodos y signos vaciados de sentido, orbitan alrededor de una comunidad que intenta cumplir las ordenanzas de la gerontocracia letrada-hierofántica, primero para comprender el metalenguaje, luego para comprender cómo ejercer los duros dictámenes impuestos a tan noble menester. En este estadio medio y similar al purgatorio o limbo, se encuentran el estudiante y el maestro que aún no practica las oscuras artes ligadas a su sapiente tarea. También en este espacio de relativo "dominio" sapiencial, el desconcierto urde las más conmovedoras intrigas. Una de estas intrigas tramas adosadas a la auto reflexión, es la del canon. Como tantos otros conceptos-signos-alegorias-simbolos orbitando sobre las ruinas de la razón, el empirismo, la dialéctica trascendental y la argumentación, la noción de canon se ha actualizado en las disciplinas humanas desde diversos campos. Así, en el último tiempo (pletórico de olvidos), esta noción ha pasado como moneda de cambio por los estudios culturales, sociológicos, políticos, culturales y sociales, careciendo de la detención necesaria (ausente en el automatismo siquico del estudioso moderno) y el rigor justificado para cualquier análisis competente. Al cabo, la noción de canon, procesada por intelectuales como Bajtín, Jauss y otros, no ha sido contemplada más que como una posibilidad. Sin desmerecer los estudios anteriores, es patente la ausencia de reflexiones sistemáticas en torno a la noción de canon, desde la paradojat controversia generada por El canon occidental [2] de Harold Bloom en 1994. Paradojal, ya que el discurso de Bloom se centra en el fallido intento de reconstituir un canon antiguo, clásico, univoco y netamente subjetivo, gracias al reconocimiento que había tenido su anterior producción discursiva. En este sentido, la necesidad de revisar el o los mecanismos de inserción o inclusión en lo que sería una cultura o literatura "canónica", surge en los noventa, gracias al impulso dictatorial de un canonizador excluyente, en un espacio (la crítica norteamericana) que ha privilegiado la "construcción" de autores y discursos legítimos, legales y consolidados por una fuerte opinión común o comunitaria, del buen gusto, la calidad literaria y la correcta interpretación. En este fagocitar discursos nuevos y exóticos, la crítica norteamericana ha diseñado simplemente la opinión común (doxa) acerca de los extraños derroteros que ha tenido el arte en el siglo XX. De la misma manera, la lengua y la crítica europea lo han hecho con las culturas colonizadas. Así, en un plano de extrema relatividad en tomo a los conceptos y, por sobre todo, en la discusión teórica acerca de una noción suprasituacional, marcodiscursiva y metahistórica que debería haber sido retomada por los intelectuales sometidos a los dispositivos excluyentes de culturas e identidades nacionales "superiores" y "más democráticas", la reflexión acerca del canon no puede escapara a ciertos reparos y susceptibilidades.

    Ahora bien, los requerimientos que plantean hoy en dia los estudios de las literaturas, poco tienen que ver con las inmanencias textuales, pues es sabido que el estructuralismo ha consagrado su templo al texto y a sus relaciones internas. Por consiguiente, la validación interpretativa, histórica y social de las literaturas reclama una comprensión mayor, una comprensión no totalitaria ni abstracta, sino que una comprensión de las literaturas desde su función cultural, desde los manejos educativos y de el estatuto óntico mismo de las literaturas en su realización particular. Así, planteando como eje (no central) las diversas poéticas del canon, es posible acceder a diferentes niveles interpretativos semióticos, a nuevas estéticas, a nuevos corpus de lecturas dignos de ser estudiados, a nuevas epistemes, a nuevas metodologías humanas y, en el caso latinoamericano, a la formación (o rememoración anamnésica) de las identidades singulares y colectivas, desprendiéndose del yugo (o cordon umbilical) de las culturas y literaturas mayores (europeas).

    La formación de un canon que borre la hispanidad de latinoamerica, permitirá plantearse desde el discurso, la posibilidad del respeto y la dignidad de la diferencia, de lo desconocido, y de lo tan tristemente conocido como otro (orto en términos clásicos). En este sentido, anclar las reflexiones en la noción de canon, dará la claridad al analista (o amante [3] en términos platónicos y barthesianos) para intentar conocer o aproximarse a las realizaciones y relaciones que plantea el fenómeno. De la misma manera, atendiendo a la necedad (non-scio) del analista-amante, es propio aterrizar las cavilaciones al imperio de las literaturas, lenguajes y escrituras, que en este caso son las latinoamericanas. En este espacio (alcoba nupcial) se intentarán re-velar las condiciones previas y posteriores al canon, canonización y canonicidad, desde un restringido corpus teórico y literario, para presentar los alcances de la noción del canon en dichos niveles, asi como también en la posibilidad y voluntad de la formación de un real canon latinoamericano.

  2. El canon.

    No es dificultoso perderse en las temáticas del canon como un peregrino pierde sus paso por el bosque. Asimismo, el bosque es el lugar de la pérdida y del encuentro, es la posibilidad de la ausencia y la presencia. En ese sentido, el espectro teórico acerca del canon, a pesar de no ser tan reducido como pudiera pensarse, no es lo suficientemente diáfano como para ser resumido, glosado o explicado. En el caso de La historia literaria como desafio a la ciencia literaria [4] de Hans Robert Jauss, si bien es cierto se plantea la noción de canon como conjunto de "obras magistrales" [5], también se reinvindica dicha noción desde la superación del canon anterior, por una pragmática destructiva. Es decir, que se plantea el concepto de canon como una binariedad de antiguo y moderno, de clausura y liberación, sin intentar desentrañar la historia misma de la noción. Por consiguiente, la reflexión canónica no logra escapar de la binariedad lógica, ni consigue establecer sus alcances metahistóricos más que por la derivación o inferencia de su poética histórica del canon (como se verá en el apartado 1.2.) Así, no logra describir el fenómeno desde su calidad plenipotenciaria y su polivalencia. Incluso, deja entrever cierta confusión entre la noción de "clásico" y las obras dentro del canon. Al concebir a lo "clásico" como un "concepto metacrónico, capaz de superar la distancia entre la obra histórica y la recepción actual - incluso en cuanto a su contenido-únicamente por medio de categorías de ejemplaridad metahistóricas" [6], pone en juego dos factores fundamentales que dialogan con la noción de canon: historia y obra clásica. Menciona dichos factores, aunque confundiéndolos en su mismo desarrollo histórico, es decir, menciona "clásico" e "historia" sin preocuparse de la historia del concepto de "obra clásica" y "canon". En el fondo, la connotación inferencial en la lectura de La historia literaria como desafío a la ciencia literaria [7] conduce a un replanteamiento del canon, aunque sin definido completamente. Por otro lado, El canon literario [8] como antología de discursos críticos acerca de la noción de canon, prologado y dispuesto por Enric Sullá, entrega mayores luces acerca del tema, aunque manteniendo la incapacidad de sistematizar al sistema llamado canon y a los subsistemas canónicos en sus realizaciones históricas Así, el discurso antologador de Sullá expone un crisol de cromáticos discursos (Gumbrecht, Mainer, Mignolo, Bloom, Pozuelo Yvancos, Cates, Robinson, Culler, Kermode y Harris) tentando la argumentalidad en un ordenamiento que supone cierta sistematicidad (revisión del concepto de canon, criticas al canon y nuevos planteamientos canónicos), pero que nuevamente adolece de superficialidad. De esta manera, las revisiones etimológicas, culturales, sociales, literiarias, semióticas, marginales y nacionales no convergen más que en el ombligo al que contemplan: el canon. De este ombligo, o maelstrom en que se pierden las reflexiones, parecieran no haber más escapatorias que perderse. En este perderse, nuevamente está la esperanza de encontrar, por lo que un discurso criticó que intente exponer...

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