El cambio en la organización - Primera Parte. El administrador: estratega y coordinador - Las escuelas de administración, ¿enseñan a administrar? - Libros y Revistas - VLEX 330053803

El cambio en la organización

AutorOscar Johansen
Páginas63-82
63
5.1. EL CAMBIO EN LA ORGANIZACIÓN
MILITAR Y SU ESTRATEGA
Es posible observar que las actividades adminis-
trativas, como las que señalábamos al final del
capítulo anterior, han estado presentes en la
actividad del administrador desde sus comienzos
en la historia. Siempre se ha constituido en un
estratega y un táctico, siempre ha debido buscar
información y, por supuesto, desde entonces
ha administrado a personas. A mi juicio, ese
ha sido el fondo constante dentro del cual se
desarrolla su actividad. ¿Pero ha sucedido lo
mismo con la forma de hacer todo ello?
Ya hemos señalado que el fenómeno de la
administración es una característica emergente
de toda organización social, lo cual significa que
toda organización social es administrada, bien
o mal, pero lo es. La historia de estos sistemas,
es decir, su evolución, nos muestra un cambio
constante en esos sistemas sociales, especial-
mente en los últimos treinta mil años, es decir,
cuando el hombre deja de ser un ser nómade
y se transforma en uno sedentario, habitante
permanente de una comunidad que también
evoluciona. Toda evolución de un sistema se
caracteriza por el crecimiento de su complejidad,
la cual se expresa en términos del número de
sus participantes y, más aún, del incremento
de las relaciones de interdependencia entre
estos. A través del tiempo, ello ha introducido
modificaciones importantes en la forma de
actuar del administrador para cumplir con las
funciones ya señaladas. Ha crecido su impor-
tancia relativa, ha modificado sus estilos de
dirección con que debe administrar a su gente
en la forma en que estructura la organización
que dirige. Son esos cambios los que nos pro-
ponemos examinar en este capítulo.
Con este propósito creemos conveniente
recurrir nuevamente al paralelo que hemos
venido construyendo en este ensayo entre la
organización militar, cuando esta se encuentra
en “producción”, es decir, cuando actúa en la
guerra, y las restantes organizaciones sociales
que existen en la sociedad. Creo que no es una
exageración considerar a la familia extendida
que constituía el clan cazador-recolector y la
organización militar como los sistemas sociales
humanos más antiguos y que en la actualidad
siguen existiendo y cumpliendo con los objeti-
vos que cada uno de ellos poseía al momento
de su aparición y que siguen siendo válidos en
el presente.
Indudablemente que el paso del tiempo
ha producido en las organizaciones militares
una evolución. A simple vista, no parecería
fácil relacionar las luchas que emprendían los
miembros del clan cazador-recolector con sus
vecinos, con las confrontaciones militares que
se suceden en la actualidad entre dos países
o grupos de países, excepto en cuanto a los
objetivos que cada uno de esos bandos parece
perseguir con tales acciones. Sin duda que exis-
ten notables diferencias en cuanto al tamaño
de esos sistema sociales, es decir, al número
de los miembros que los integran. También
sucede algo similar en términos del uso de
la tecnología, la que ha ido desde un garrote
hasta las armas atómicas.
Algo semejante ha sucedido con las estruc-
turas organizacionales que ellos se han dado
5. EL CAMBIO EN LA ORGANIZACIÓN
LAS ESCUELAS DE ADMINI STRACIÓN ¿ENSEÑAN A ADMINISTRAR?
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y la continuidad de su existencia como tales.
Mientras que en sus inicios eran simplemente
un puñado de individuos dirigidos por un líder,
en la actualidad se constituyen en elaboradas
estructuras en las que prima la división del
trabajo y la especialización, lo que conduce a
diferenciarlas entre organizaciones militares
de tierra, del aire y de los mares. Instituciones
que han transformado su existencia de espo-
rádica a permanente y, con ello, han creado
una profesión.
Creo que todo lo que hemos señalado es
cierto. Sin embargo, y a pesar de ello, creo que
también existe una serie de similitudes entre
ambas instituciones extremas que son bastante
importantes porque llegan a demostrar que,
tanto en sus esencias como en las características
centrales de su accionar, ambos sistemas sociales
parecen estar más unidos que desunidos. En
otras palabras, los cambios que se han produ-
cido como resultado de su evolución tienden
a sucederse en las formas. En verdad, pasan a
constituirse en los acomodos necesarios para
enfrentar con éxito el nuevo mundo creado por
esos cambios. Pero todo ello no ha impedido
que el fondo de esos sistemas sociales haya
permanecido sin grandes diferencias y, en este
aspecto, perfectamente podemos señalar que
no han cambiado.
Un ejemplo de todo esto lo encontramos
en el viejo dicho que aún permanece válido:
“La victoria siempre la alcanza la infantería”. La
victoria final de una guerra se alcanza cuando
el territorio enemigo es finalmente dominado
y ello siempre lo realiza la infantería cuando
arrebata al contendor su lugar geográfico. Este
hecho era ampliamente reconocido en Roma.
Aníbal invadió Italia, ganó muchas batallas, pero
nunca fue capaz de apoderarse de Roma. Esci-
pión el Africano, buscando derrotar a Aníbal,
invadió y se apoderó de la ciudad de Cartago
y con ello puso punto final y definitivo a las
Guerras Púnicas. El mismo imperio romano se
construyó precisamente gracias a sus famosas
legiones.
Ellas se constituían en las formaciones mili-
tares de infantería que invadían los territorios
enemigos, como las Galias, las que vencían las
defensas que les oponían y finalmente anexa-
ban el territorio al imperio. Gracias a ellas los
romanos conquistaron la Galia y la Britania
por un lado, pero no a los partos, a los que no
pudieron vencer. En la Segunda Guerra Mun-
dial, Alemania fue definitivamente derrotada
cuando los aliados invadieron y conquistaron
su territorio. Lo mismo sucedió con sus aliados,
es decir, Italia y Japón. Por otra parte, y más
cercano en el tiempo, a pesar de disponer de
un equipo bélico muy superior, los Estados
Unidos fueron incapaces de derrotar a los
norvietnamitas. Por el contrario, fueron estos
últimos los que lograron expulsarlos de su país.
En la actualidad, parece ser que observamos
el desarrollo de una situación bastante similar
cuando vemos lo que sucede en Irak.
Otra razón que permite explicar las simili-
tudes de fondo que es posible detectar en las
organizaciones militares, y que permanecen
inmunes a través del tiempo, puede encontrarse
en la existencia efectiva de una fuerte tradición
que hace que la “cultura militar” se manten-
ga bastante estable. Es relevante observar que
esta cultura particular es independiente de las
características propias de las culturas dentro
de la cual viven o han vivido estos sistemas. En
otras palabras, ella comprende un número de
normas, costumbres y valores que son bastante
más comunes entre las fuerzas armadas de las
diferentes comunidades que con aquellos que
son propios de la cultura particular de su propia
comunidad. Eso se observa, por ejemplo, en la
facilidad con que se establecen entre militares
de diferentes nacionalidades, gracias a este
código común.
Por otra parte, todos estos elementos cul-
turales que son propios de estas instituciones
son inculcados en los integrantes de estos sis-
temas sociales desde el instante en que entran
a formar parte de estos y que se encuentran
presentes durante toda su vida dentro de esa
institución. De esta forma, llegan a constituirse
casi en un programa de conducta instintivo
del soldado. Así, por ejemplo, la norma que
la orden no se discute se encontraba presente

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