Cabelleras, poder y elecciones - 27 de Octubre de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 695667121

Cabelleras, poder y elecciones

Frondosos o severos, largos o cortos, ondulados o lisos, los pelos hablan de los rasgos de distintas épocas y sociedades. Dicen mucho, además, de la personalidad de personajes históricos como Cleopatra, Julio César, Isabel I de Inglaterra -pelirroja hasta que quedó calva-, María Antonieta, Napoleón o Einstein.

En el reino de Chile, famosa fue la cabellera larga y colorina de la impetuosa Catalina de los Ríos y Lisperguer. Su apelativo de Quintrala hace referencia al encendido color rojo de la flor del quintral, la planta parásita que crece en los árboles de Chile.

Algunos estudios han subrayado cómo, en el transcurso de la historia, las mujeres en el poder tienden a emular los rasgos de los peinados e indumentarias masculinas para reforzar su poderío. Partiendo por la mítica reina egipcia Hatshepsut-quien levantó uno de los más hermosos templos de Egipto- que se representaba con la característica barba de los faraones.

En su libro reciente "Power dressing", su autor, Robb Young, argumenta que, para ejercer el liderazgo, las mujeres todavía deben tener un cabello no demasiado sexy o femenino. En palabras simples, para Rapunzel sería difícil ejercer un cargo político. Parece resultar clave que los peinados de las mujeres que buscan liderazgo político no se extiendan más allá de sus hombros. Cortos, pero no tan masculinos y más bien lisos. Las primeras damas, en cambio, gozan de más libertad en materia capilar.

Angela Merkel, Christine Lagarde, Theresa May y Michelle Bachelet ejemplifican...

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