'Buscar la identidad de la nación en un gran bautismo constitucional es una ilusión políticamente peligrosa'
"Ya ha habido una evolución política y democrática que no justificaba la pretensión utópica y peligrosa que intentaba cortar con todo y partir de cero...".
Con esa palabras, Lucas Sierra, subdirector del Centro de Estudios Públicos (CEP), critica la forma en que el Gobierno planteó en un comienzo el debate constitucional. El abogado es un actor relevante en este proceso: como integrante del Consejo Ciudadano de Observadores -creado por la Presidenta Michelle Bachelet- y como editor de los libros "Diálogos Constitucionales" (2015) y, recientemente, "Propuestas Constitucionales", ambos del think tank al que pertenece.
En este último texto convocaron a 13 académicos de distintas tendencias, como Arturo Fermandois, Gastón Gómez, Patricio Zapata o Francisco Zúñiga, entre otros, en la idea de dar un paso más en el debate constitucional y, en lugar de quedarse en las formas de cambiar la actual Carta Fundamental, abordar los contenidos de ese cambio. Porque Sierra es un convencido de que "las sociedades democráticas siempre tienen que estar evaluando todas sus instituciones", y por lo mismo mira con buenos ojos los diálogos que hoy se producen en torno al tema. Su cuestionamiento no va por ahí, sino por el modo en que el Gobierno partió lanzando el debate, "como diciendo '!nueva Constitución¡', como partiendo de cero¡", con toda la incertidumbre que ello supone. Y una forma de precisamente evitar esa incertidumbre, piensa, es entrar de lleno a los contenidos. "Eso le da de inmediato un carácter más sustantivo al debate, lo dimensiona, entrega referencias precisas de lo que estamos discutiendo, y no esta idea de que lo que importa es el procedimiento", señala.
-¿Cómo generaron el debate para este libro? ¿Pensando en partir de una hoja en blanco o en qué cambiarle a la actual Constitución?
-Depende de cómo uno entienda la página en blanco. Si es como que no hay temas vetados, de acuerdo. Pero si se entiende como que somos unos seres que nacimos por generación espontánea y no tenemos una historia común, es una utopía. Es irrealizable, y cuando se intenta llevar a cabo políticamente es un peligro: eso termina en dictaduras, populismos, caudillismos.
"Esa pretensión como de buscar la identidad de la nación en un gran bautismo constitucional donde participan todos altruistamente y como empezando de cero es una ilusión políticamente peligrosa. Las democracias no funcionan así, son evolutivas".
-Los derechos han estado en el centro del debate. ¿Qué primó...
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