Bonvallet - 23 de Septiembre de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 583044518

Bonvallet

En la televisión se estaba exhibiendo por esos días un programa malito que animaba Felipe Camiroaga -una de sus escasas caídas- y que con el nombre "Motín a Bordo" reunía a personajes de la farándula en una tripulación de piratera composición. Y que servía para que en esa larga sobremesa subiéramos a bordo a cuanto sinvergüenza se nos venía a la mente, encargándole a cada uno trabajos relacionados con su carácter.

Era Eduardo Bonvallet el que más nombres aportaba. Y el que con más ganas se reía de las descripciones propias y ajenas. Él puso en la tripulación a un periodista coimero y a otro ignorante, para agregarlos a dirigentes ladronzuelos, a árbitros arregladores de partidos, a entrenadores sin principios ni finales, a jugadores mala leche. Estos personajes y sus temas no son, obviamente, para la risa. Pero al ponerlos en un barco pirata suena más que gracioso. De veras. !Haga la prueba¡ (Con personajes de ahora, porque este programa es de 1996. !Hace casi 20 años¡ La diferencia es que hoy habría más aspirantes para la tripulación...).

Fue aquella la primera y única vez que compartí personalmente con Bonvallet, que aún no era "el Gurú".

Eduardo Bonvallet no "hacía" un personaje, como tantos que buscan desesperadamente caracterizarse de alguna manera para distinguirse sin tener que recurrir a unos ausentes encanto, conocimiento o genio. Bonvallet era genuinamente un personaje. Lo fue desde siempre, desde jugador. Poseedor de encanto (no para todos, obviamente), de un tremendo conocimiento y de genio. Y como todo tipo de gran inteligencia y con rasgos geniales, podía acercarse a la locura y al desencanto depresivo en un mundo tan ahogado por la ignorancia, la deshonestidad, la falta de compasión.

¿Fue injusto Bonvallet en sus durísimos ataques? Seguramente. En particular, creo, con Julio Martínez, que nunca dañó a nadie y fue un hombre honorable. Pero aquello fue una excepción, pues en general tuvo de blancos móviles a sujetos que lo merecían. Fue decisivo en...

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