EN AUTO HASTA EL EXTREMO DE ITALIA - 4 de Diciembre de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 698483457

EN AUTO HASTA EL EXTREMO DE ITALIA

A pesar de la gran cantidad de gente, resulta entretenido perderse entre las callecitas aledañas a la plaza principal. Entramos por uno de los antiguos accesos de la ciudad, la Porta Napoli, para recorrer la vía Palmieri hasta la catedral, pero nos demoramos porque hay varias escalas inevitables: los negocios de verdadera artesanía y productos típicos que hacen nata en esta calle. Con dificultad, esquivando al gentío, llegamos a la plaza de la catedral y echamos un primer vistazo veloz a la construcción, un exponente del llamado "barroco leccese", distinto de otras formas del barroco. Por eso tiene "nombre y apellido", explica Carmen Lancarella, periodista salentina "de origen controlado, o sea DOC", dice sonriendo.

Debemos remontarnos un poquito a la historia de la Iglesia para entender la especificidad de este barroco, explica Carmen: tras el Concilio de Trento, la Iglesia se reforma y se abre a las culturas de los pueblos, hacia las tradiciones locales. El resultado de esta búsqueda se puede apreciar en la gran riqueza de decoraciones que impregna no solamente las decoraciones de las iglesias, capillas y mansiones de Lecce, sino también en detalles como los balcones o los marcos de las ventanas.

Las decoraciones barrocas de Lecce son verdaderas esculturas. Un efecto que se debe al uso de la piedra calcárea, típica de la región: son auténticos "bordados" realizados con el buril sobre la piedra, lo que permite darle a cada pieza no solo un extraordinario movimiento, sino también delicados detalles. Por eso, en las fachadas de los grandes edificios vemos granadas abiertas, frutos y hojas que hasta parecen agitarse con las ráfagas de viento.

Mientras caminamos por la vía Vittorio Emanuele hacia la plaza de San Oronzo (donde están las ruinas del anfiteatro romano construido entre los siglos I y II d.C.), nos encontramos con degustaciones gratuitas de los típicos taralli o tarallucci, rosquitas horneadas, generalmente saladas y con aliños como ají, semillas de hinojo o azafrán, que se sirven como aperitivo acompañado usualmente de vino, aunque con el calor de hoy preferiría una cerveza fría.

Después de una rápida mirada al anfiteatro, verdaderamente impresionante (sobre todo, si se piensa que fue descubierto solo en los primeros años del siglo XX), volvemos al hotel a descansar un poco, porque el día siguiente será largo. Es la Noche de la Taranta, megaconcierto en Melpignano, un pueblito ubicado a 27 kilómetros de Lecce, que tiene 2.700...

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