Aumento de la manga gástrica en adolescentes
-Llegué al punto que la talla XXL no me quedaba. Había mucha ropa que mi mamá me la tenía que mandar a hacer-reconoce Scarlette.
Los exámenes médicos arrojaron que había desarrollado resistencia a la insulina. Sentía intensos dolores en las piernas y en las rodillas; su respiración, incluso estando sentada, era agitada; le aparecieron manchas negras en el cuello, en las manos y hasta en las encías. Para enfrentar sus problemas metabólicos, su déficit atencional y para subirse el ánimo, Scarlette, se vio, por un momento, tomando doce pastillas diarias. Fue entonces que su madre, asesorada por especialistas del Hospital del Cobre donde se atendía en Calama, supo que con su hija había que tomar una decisión drástica. Con ella viajó a Santiago, decidida a estudiar la posibilidad de una cirugía bariátrica. Fue entonces que se encontró con el cirujano Camilo Boza, director del Departamento de Cirugía Bariátrica de la Sociedad de Cirujanos, y él le habló con claridad.
-Scarlette tenía obesidad mórbida. Eso, asociado a una intensa resistencia a la insulina, podría haberla llevado a desarrollar diabetes precoz. Cuando la evaluamos y nos enteramos de sus múltiples y malogrados intentos por bajar de peso, supimos que era la candidata ideal -recuerda hoy Boza.
Scarlette se preparó seis meses para entrar al quirófano con neurólogos, nutricionistas, radiólogos, psicólogos, cardiólogos, psiquiatras y endocrinólogos. Gracias a un régimen especial previo, bajó veinte kilos. Y el 3 de septiembre de 2014, con 16 años y 110 kilos, se sometió a una cirugía de manga gástrica, tal como lo hacen hoy en Chile poco más de trescientos adolescentes al año. Una intervención que redujo en un 80 por ciento el volumen de su estómago, con el objetivo de lograr en ella, una saciedad precoz.
Pese a que no hay un único registro oficial en Chile, de acuerdo con datos del Departamento de Cirugía Bariátrica de la Sociedad de Cirujanos, en nuestro país se realizan cirugías bariátricas en adolescentes hace diez años. Lo que comenzó como un proyecto piloto en universidades, hace cinco años se tornó una práctica, aunque todavía discreta, un poco más habitual. Si en ese entonces el porcentaje de cirugías bariátricas en adolescentes era de un 1,5 por ciento, en la actualidad la cifra asciende al cinco por ciento. Según estimaciones del mismo departamento, de las 8 mil cirugías bariátricas que se hacen al año en Chile, 350 se realizan en adolescentes: el 93 por ciento corresponde a manga gástrica y el 7 por ciento a un bypass gástrico. Los especialistas atribuyen la popularidad de la manga a varios factores: es la menos invasiva y segura y el bypass, además de ser restrictivo y achicar el estómago, provoca mala absorción de los alimentos, pudiendo causar la falta de algunos nutrientes en algunos pacientes,
lo que en los adolescentes, dicen los expertos, podría ser doblemente complicado, pues no han terminado "su desarrollo puberal".
La manga gástrica a la que se sometió Scarlette Vargas redujo su estómago a un 20 por ciento de su tamaño original. En su primer control postoperatorio, al mes de dada de alta, su pesa marcó, por primera vez en años, una cifra de dos dígitos.
El problema de la obesidad
El diagnóstico es compartido por los expertos: La obesidad infantil aumenta a un ritmo preocupante y las cifras lo avalan. Según el Mapa Nutricional 2013 de la Junaeb, en primero básico uno de cuatro estudiantes es obeso, y de acuerdo con datos de la OCDE, Chile es el sexto país con mayor obesidad.
-La obesidad crece en el mundo, sin control, a pesar de todos los esfuerzos que se han hecho -dice el cirujano Camilo Boza, actual jefe del programa de cirugía bariátrica y metabólica de la Clínica Las Condes-. La gente cada día trabaja más, por más horas, tiene menos tiempo, come más comida procesada y rápida, se mueve menos y eso va generando niveles de obesidad cada vez mayores.
Según Boza, la cifra de obesidad infantil se ha extendido a adolescentes, lo que, dice, debe preocupar, al tratarse la...
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