Arturo Alessandri, el hombre y la historia - 23 de Agosto de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 847395094

Arturo Alessandri, el hombre y la historia

El 24 de agosto de 1950 falleció Arturo Alessandri Palma, una de las figuras políticas más relevantes de la historia del Chile republicano. Amado y odiado, admirado y temido, vencedor y derrotado, el León de Tarapacá llenó toda una época con su carisma, sus obras, sus errores y una capacidad incuestionable para estar durante medio siglo en la primera línea de la actividad pública nacional.En 1897 fue elegido diputado por Curicó, iniciando una larga carrera parlamentaria, que continuaría al llegar al Senado en 1915, campaña en la que recibió el histórico apelativo de León de Tarapacá. Fue un parlamentario hábil y hostigoso, que se acostumbró al deporte de hacer caer gabinetes, pero también un político de jerarquía, preocupado de los grandes temas nacionales. Hizo propios algunos temas con mentalidad progresista y un especial sentido de futuro, como se pudo notar en la promoción de las habitaciones obreras, de la instrucción primaria obligatoria, la promoción de la separación de la Iglesia con el Estado y ciertas propuestas tributarias novedosas en su tiempo.En 1920 llegó a la Presidencia de la República, tras la famosa campaña del Cielito Lindo, muy bien narrada en el completo estudio de René Millar. Con ello escribió su nombre en la historia de Chile para siempre, repitiendo el proceso en 1932, cuando regresó a La Moneda para poner en marcha la Constitución de 1925.Arturo Alessandri fue un hombre preocupado de su imagen pública y de su proyección histórica. En este ámbito, sus "Recuerdos de gobierno" (Santiago, Editorial Nascimento, 1963), en tres tomos, representan el esfuerzo más claro por presentar la visión alessandrista del período 1920-1938. Así se puede apreciar en la selección de documentos, en la presentación de los problemas, en la forma de abordar las polémicas y en su balance general de las dos gestiones presidenciales. Hasta el día de hoy se mantiene como una fuente fundamental para aproximarse adecuadamente a esa época histórica.También escribió sobre su juventud, sobre la oratoria -tema que le fascinaba estudiar y ejercer-, sobre la revolución de 1891, contradijo a historiadores cuya interpretación no los convencía y pronunció numerosos discursos en diferentes foros. Era un hombre con pensamiento propio, aunque en lo esencial fue un político cautivado por las posibilidades del ejercicio del poder y las oportunidades que tenía Chile hacia el futuro.Parlamentarismo y presidencialismo. El desafío constitucionalEn "Revolución de...

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