Archivos de la Contraloría: el celoso custodio de los actos administrativos de todo gobierno - 14 de Septiembre de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 582378590

Archivos de la Contraloría: el celoso custodio de los actos administrativos de todo gobierno

Ni secreto ni reservado. Cualquier persona que lo solicite en la oficina de partes o a través de la página web de la repartición puede acceder a la historia pasada y reciente que guarda el Archivo General. Enviada la petición, un funcionario revisará y sacará copia del documento, que será entregado al solicitante. Y si quiere revisar y hojear antiguas colecciones que forman parte del patrimonio bibliográfico e histórico acumulado por años en la biblioteca, podrá visitar el recinto, aunque no podrá sacar los textos.

Todos los documentos archivados tienen directa relación con el quehacer de las instituciones que antecedieron a la Contraloría en el ejercicio de sus funciones fiscalizadoras, de consulta y normadora, como la Real Audiencia (1541 en adelante), la Contaduría Mayor de Cuentas (1808-1869), la Dirección General de Contabilidad (1869-1888) y el Tribunal de Cuentas (1888-1927).

A partir del 26 de marzo de 1927, inicia sus actividades la actual Contraloría General de la República, cuyas instalaciones se ubican en calle Teatinos 56, en pleno barrio cívico.

Remodelación reciente

Actualmente, su edificio se encuentra sometido a importantes obras de modernización en su antigua infraestructura, que inició el ex contralor Ramiro Mendoza. Las plantas superiores ya están entregadas, y en estos días comenzó el rearme del segundo subterráneo, donde se encuentra inserto el Archivo General.

Son 1.627,37 m {+2} destinados al almacenamiento de 5.250 metros lineales de documentos, aproximadamente unas 68.461 tomos y carpetas. Una superficie nada despreciable, pues en ese espacio podrían caber alrededor de 232 autos sedán o construirse unas siete canchas de tenis.

Hay documentos muy antiguos, como varios libros heredados de la Dirección General de Contabilidad que datan de 1873. Existen allí los primeros censos realizados en el país, cuyos resultados eran estampados a tinta y con caligrafía perfecta, cuyos contenidos son fácilmente legibles para el lector interesado.

Los gigantescos pasillos debieron ser premunidos de elementos especiales, tales como sensores de temperatura que regulan la humedad ambiente. El clima ideal para conservar libros y papeles debe oscilar entre los 12 y 17 °C.

Por ello es que en estos días la Contraloría se encuentra abocada a la adquisición de vestimenta especial para los funcionarios que deben trabajar allí, ante el frío permanente que hay en sus bóvedas.

Allí están guardados documentos tales como la ley que nacionalizó el...

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