'He aprendido a vivir el día a día'
Su silla de ruedas no es de las que se ven habitualmente: esta tiene ruedas de bicicleta, suspensiones especiales para amortiguar las irregularidades del suelo y un pequeño sillón que llega hasta la mitad de su espalda, lo que le permite mayor movilidad. También tiene solo un apoyapies que se abre para darle mayor estabilidad en sus viajes: es una silla de ruedas todoterreno.Y está llena de barro.Gustavo "Guga" Ortiz, cerca de cumplir 24 años y a dos del accidente en Canadá, donde competía en una de las carreras de mountain bike más importantes del mundo, que lo dejó parapléjico, sonríe y dice:-Está cochina porque me meto al cerro igual. Este fin de semana hubo una carrera en el cerro donde entrenaba siempre, y fui para allá, estaba lloviendo y quedé embarrado. Embarrado, pero feliz.En 2018, "Guga" Ortiz se dedicó por completo a su rehabilitación en la Teletón. Los primeros meses debió acostumbrarse a moverse solo con sus manos y brazos. Le ayudó el hecho de ser deportista.-No sé si saqué más músculos, pero sí más fuerza, porque al final haces todo con los brazos y las manos. Al principio tenía que pensar qué hacer, acordarme que tenía que mover las piernas. Pero ahora es todo más natural, un movimiento fluido."Guga" Ortiz cuenta que ya no está enfocado en lograr mayor movilidad en sus piernas. Sabe desde el día del accidente, cuando le dijeron que su médula espinal estaba completamente cortada, que la posibilidad de poder caminar nuevamente es nula.-No es mi foco. Hay gente que le da y le da con recuperar la movilidad de las piernas, no pierden las esperanzas, pero yo pienso distinto.Dice que es porque le tocó la "buena experiencia" de tener el accidente en Canadá, donde los médicos "son sin filtros".-Al siguiente día que me operó, le pregunté a mi médico en Canadá cuánta gente había vuelto a caminar con un corte medular completo como el mío. Me dijo: "No hay registros de alguien que haya vuelto a caminar y a tener sensibilidad en las piernas". Por un lado me chocó, pero por el otro me alivió saber la verdad.Su primera terapia la hizo en la Asociación Chilena de Seguridad. Luego se fue a Viña del Mar, al Instituto Luis Krebs, especializado en lesiones medulares y accidentes cerebrovasculares. Allí estuvo dos semanas intensivas para tener más rangos de movilidad, activar las piernas, pararse más y usar mejor la silla. Incluso aprendió a bajar las escaleras con ella.-¿Cómo es eso?-Te pones de espalda a la escalera, con una mano agarras la baranda y comienzas a bajar con la silla peldaño a peldaño.-¿Y puede hacerlo?-!Claro¡También aprendió a manejar.-Fuimos a Santiago para que me adaptaran el auto y apenas le pusieron todo en el manubrio, me puse a conducir. Al principio me dio nervio, porque el acelerador está en la mano izquierda igual que el freno. Uno es para arriba y otro para abajo, entonces me daba miedo hacerlo al revés, pero aprendí y en una semana estaba listo.Luego vino la Teletón.Cuenta que la primera vez que entró ahí comprendió lo frágil que son las personas, algo que no estaba en su cabeza antes, cuando alcanzaba hasta 70 kilómetros por hora bajando por el cerro en bicicleta.-Lo pensé el primer día y lo sigo pensando ahora: lo vulnerable que somos frente a la naturaleza o a cualquier eventualidad que pueda pasar en tu día a día. A mí me sucedió lo del...
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