Análisis geoespacial de las elecciones presidenciales en México, 2012. - Vol. 41 Núm. 122, Enero 2015 - EURE-Revista Latinoamericana de Estudios Urbanos Regionales - Libros y Revistas - VLEX 558001158

Análisis geoespacial de las elecciones presidenciales en México, 2012.

AutorHern

RESUMEN | La geografía electoral, en tanto rama de la geografía política, brinda la oportunidad de explicar las preferencias de voto en función de la organización territorial, esto es, de los lugares en que ocurren las elecciones. Los estudios electorales con un enfoque geográfico suponen que las preferencias políticas individuales que se dan un sitio no son independientes entre sí, sino que, por el contrario, están correlacionadas. Este artículo aborda la existencia de una geografía del voto presidencial en las elecciones de 2012 en México. Luego de revisar la literatura y argumentar el uso del análisis exploratorio de datos espaciales, se propone el empleo de índices de autocorrelación espacial para el estudio de dichas elecciones. El esquema propuesto, que da cuenta de la polarización política territorial en México, permite valorar el poder explicativo del espacio geográfico en los procesos electorales.

PALABRAS CLAVE | concentración espacial, transformaciones socioterritoriales, distribución espacial.

ABSTRACT | The importance of electoral geography, as a branch of political geography, stems from the opportunity it provides to explain electoral preferences in terms of territories. Electoral research with a geographic focus assumes that individual political preferences concentrated in a particular location are not unrelated, but are in fact correlated. This article discusses the existence of a geography of the presidential vote in the 2012 elections in Mexico. After reviewing the literature and arguing in favor of the use of exploratory spatial data analysis, the article proposes the use of spatial autocorrelation indices for the study of presidential elections. The proposed scheme, while offering a glimpse of territorial political polarization in Mexico, allows for a valuation of the explanatory power of geographic space in electoral processes.

KEYWORDS | spatial concentration, socio-territorial transformations, spatial distribution.

Introducción

La división geográfica del electorado en México tiene varias lecturas, pero, desde el punto de vista espacial, puede verse como la culminación de un proceso de polarización política que tuvo su origen en 1988. Ese año surgió el sistema de los tres partidos principales que han sido protagonistas de la vida política en el país a lo largo de las últimas décadas (Aziz, 2007), conformando una nueva geografía del voto en México. Durante las elecciones presidenciales de 2000, los partidos dominantes (aquellos que obtuvieron entre 50% y 59% de la votación) tenían presencia a nivel de los estados (1): el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Nayarit y Sinaloa; y el Partido Acción Nacional (pan) en Guanajuato. Hacia 2006 la situación había cambiado, porque el Distrito Federal y Tabasco fueron bastiones del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el pan agregó Querétaro (Aziz, 2007).

En este trabajo se indaga la dimensión geográfica del voto presidencial durante las elecciones de 2012. El supuesto central recae en lo que se ha denominado "atrincheramiento localizado". Este término fue propuesto por Sue Wing y Walker (2010), haciendo referencia a los trabajos provenientes de la ciencia política, y alude al hecho de que las opiniones de los votantes tienden a operar con las preferencias ideológicas de las mayorías más cercanas. Por lo tanto, se espera que los resultados presidenciales en México muestren una tendencia al agrupamiento, reafirmando la polarización del voto de los tres principales partidos políticos.

Hoy día no son pocos los trabajos que afirman que los resultados de las elecciones no son independientes del espacio. Sobre este tema encontramos una amplia variedad de trabajos donde de forma explícita se busca explorar la hipótesis de la no aleatoriedad de los resultados electorales (Ward et al., 1996; O'Loughlin, 2002, 2003; Darmofal, 2006; Klos, 2008; Tam Cho & Nicley, 2008; Soares & Terrón, 2008; Chen & Rodden, 2009; Seabrook, 2009; Lefebvre & Robin, 2009; Cutts & Webber, 2010; Sue Wing & Walker, 2010; Rodden, 2010; Crespin, Darmofal & Eaves, 2011). En el contexto de México están principalmente los estudios de Vilalta (2004, 2006, 2007, 2008) y Lizama (2012).

En el campo de la geografía electoral, los trabajos se estructuran desde cinco áreas de estudio: i) la definición de las unidades espaciales (secciones, distritos, circunscripciones electorales), fase que corresponde a la organización espacial de las elecciones; ii) el análisis de las variaciones espaciales del voto, donde también se incluyen los trabajos bivariados o multivariados; iii) el examen de la influencia de los factores ambientales y espaciales en la decisión del voto; iv) el estudio de las estructuras espaciales de representación, traducida en la conformación de los puestos legislativos; y v) los estudios referentes al reparto del poder y las políticas puestas en marcha que reflejen las pautas de representación popular.

A pesar de la irrupción de la geografía electoral en la década de los sesenta del siglo xx, en buena medida el espacio geográfico está ausente en la mayoría de los estudios electorales, u ocupa un lugar secundario, porque solo se lo toma en cuenta por su valor descriptivo como unidad de análisis. Y a pesar de las evidencias empíricas, es en recientes fechas cuando la puesta en práctica de métodos que valoran la autocorrelación espacial y los enfoques de la geografía electoral, ha reubicado el espacio como una categoría explicativa.

Dos enfoques sustentan el desarrollo de este trabajo: por una parte, desde la perspectiva de la geografía electoral se busca establecer la influencia que tiene el espacio geográfico en las decisiones del voto; por otra, se emplea el análisis exploratorio de datos espaciales para determinar el valor de la correlación espacial de los resultados de la votación para Presidente de la República de México en 2012.

La valoración de la dependencia espacial ha sido aplicada a la determinación geoestadística de la correlación entre variables demográficas y comportamiento de los votantes (Klos, 2008). Vilalta (2004, 2007, 2008) califica de indispensable, para los estudios electorales, conocer cómo se distribuye geográficamente el voto. Además, ofrece evidencias de la relevancia del espacio geográfico como variable explicativa del mismo.

Las preguntas que este trabajo busca responder son: ¿existe un patrón espacialmente aleatorio en la distribución de las elecciones presidenciales de 2012 en México?; y, por otra parte, los distritos electorales con mayor o menor votación por los candidatos, ¿están agrupados o dispersos geográficamente en el país?

El sistema de partidos políticos que participaron en el proceso electoral de 2012 en México fueron siete: Partido Acción Nacional (PAN), Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido de la Revolución Democrática (PRD), Partido del Trabajo (PT), Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Movimiento Ciudadano (mc) y Nueva Alianza (NA). El Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE) otorgó al PRI, al PVEM y a NA el registro de la coalición parcial denominada "Compromiso por México", y a los partidos PRD, PT y MC, el registro de la coalición total denominada "Movimiento Progresista". En el caso de la coalición parcial, el partido NA decidió separarse y participar de manera individual en el proceso electoral federal. Entre el 15 y 22 de marzo de 2011 se registraron cuatro candidatos para Presidente de los Estados Unidos Mexicanos (Instituto Federal Electoral [IFE], 2011b).

Luego de esta introducción, en la siguiente sección se hace una revisión de los estudios previos sobre geografía electoral, polarización electoral y autocorrelación espacial. A continuación se presenta el método de estudio, las hipótesis y las fuentes de información. En tercer lugar, los resultados del análisis espacial, concluyendo el trabajo y citando las referencias pertinentes.

Geografía electoral

La geografía electoral es una rama de la geografía política que durante los últimos cincuenta años fue subordinada al enfoque del comportamiento electoral. En la actualidad, la geografía electoral goza de un campo propio del conocimiento geográfico, aunque algunos autores la catalogan en el campo de la ciencia política (Sobrino, 1998). Para otros, la geografía electoral solo puede darse en dos niveles: la distribución territorial de los resultados; y el establecimiento de relaciones entre los resultados o realidad electoral y aspectos sociales, lo cultural, el nivel de desarrollo, incluyendo el clima (Reynoso, 1991). Destaca la definición de autores para los que una de las funciones centrales de la geografía electoral es el reconocimiento de los patrones espaciales, y el hecho de que, además de superar los aspectos meramente descriptivos, esta rama de la geografía política apunta hacia la explicación (González, 1999; Monzón, 2009).

El enfoque con mayor aceptación y desarrollo en el campo de los estudios electorales es el ecológico, que combina aspectos y técnicas cuantitativas y cualitativas con el propósito de explicar la inclinación de los votantes por una opción partidista (Bosque, 1988). Si bien este enfoque avanzó en la determinación de las preferencias a nivel de agregados espaciales (región, municipio o distrito electoral), aún quedaba pendiente el análisis del comportamiento individual. El mismo Bosque clasifica como factores individuales las preferencias de los electores por una u otra opción política. A partir de aquí, el enfoque ecológico se enriquece con la incorporación de la corriente comportamental o behaviorista (Monzón, 2009)

Sobrino (1998) mencionaba, desde el enfoque de la teoría crítica, que el comportamiento de los resultados locales no reflejaban las categorías nacionales. Además de que los estudios de geografía electoral son importantes para constituir asociaciones estadísticas, se refería al comportamiento electoral de los individuos explicado por los fenómenos políticos. Pero en su análisis no...

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