El administrador y la organización social
| Autor | Oscar Johansen |
| Páginas | 23-35 |
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2.1. LOS REQUISITOS MÍNIMOS
NECESARIOS PARA LA
PERMANENCIA DE UNA
ORGANIZACIÓN
Se puede señalar que el hombre siempre ha
administrado recursos, entendiendo los re-
cursos como bienes y, en general, medios de
subsistencia. De esta forma, es posible hablar
de la administración de dinero, de tiempo, de
maquinarias o de información. Sin embargo,
cuando hablamos de la administración de un
sistema social, que es nuestro tema, nos es-
tamos refiriendo al hecho de que si bien es
cierto que el administrador dirige los recursos
recién señalados, su característica central es
que el principal objeto de administración son
las personas, es decir, los individuos que for-
man esa organización. Es en este sentido que
en este trabajo definiremos y discutiremos el
concepto de administración.
De lo anterior se desprende que el fenóme-
no de la administración únicamente se puede
desarrollar dentro de una organización social y,
en verdad, se constituye en un fenómeno que
es inherente a ella misma. En otras palabras,
no existe organización social sin la presencia
de la dirección que lleva a cabo un administra-
dor. Esta conclusión es fácilmente demostrada
por el hecho de que se puede observar que en
cualquiera organización humana que existe o
haya existido en el tiempo siempre es posible
identificar a un individuo que desempeña o ha
desempeñado la función de administrador de
ella. Esto lo podemos observar actualmente en
cualquiera organización que examinaremos,
en una empresa, en un supermercado, en un
aeropuerto. En cada una de ellas es posible
distinguir un “jefe”. Pero esto también suce-
dió en las primeras organizaciones humanas
de que tenemos conocimiento. Por ejemplo,
es notable una pintura rupestre que existe en
una caverna española y que muestra a un gru-
po de guerreros que avanzan en fila... ¡con un
jefe a la cabeza! Y ello se desprende por los
distintivos que lo hacen diferente al resto del
grupo. Estamos hablando de quince o veinte
mil años atrás.
En concreto, la administración es una pro-
piedad emergente del propio sistema social.
Aún más, este hecho no sólo es una caracterís-
tica de las organizaciones humanas, sino que
también se extiende a las organizaciones no
humanas, como las formadas por animales y,
más general aún, por todos aquellos seres que
para sobrevivir deben constituir grupos. Sin
duda que el grado de complejidad de la con-
ducta que desarrollan las diferentes especies
vivas es muy distinto. En el caso del hombre y
de los mamíferos superiores, los patrones de
comportamiento responden en una buena me-
dida a su propia inteligencia y a las decisiones
que toman a través de ella. En el caso de seres
más simples, sus conductas tienden a responder
a sus instintos, es decir, a códigos y programas
ya impresos en su estructura biológica.
Lo recién señalado nos permite extraer una
nueva conclusión acerca del fenómeno de la
administración. Como ya se ha señalado, esta
es una característica propia de las organiza-
ciones sociales, las que a su vez resultan de
un fenómeno natural, es decir, uno en que su
2. EL ADMINISTRADOR Y LA ORGANIZACIÓN SOCIAL
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