La administración pública a la deriva - 28 de Febrero de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 596853270

La administración pública a la deriva

Pero cuando el proveedor de ese servicio es el Estado la respuesta no resulta tan simple. ¿Qué hacer cuando los funcionarios del Registro Civil deciden no cumplir con sus funciones? ¿O cuando la infraestructura del aeropuerto de la capital no da abasto? ¿O cuando los hospitales y escuelas públicas no cuentan con los profesionales que deberían tener? ¿O cuando el sistema de transporte público anda mal? ¿O cuando la delincuencia arrecia? ¿O cuando el paso por Aduanas se convierte en una pesadilla? ¿O cuando el cartero no trae la correspondencia? Aquí no es cosa de cambiarse de proveedor, porque en la mayor parte de los casos simplemente no hay otro.

Síntomas preocupantes

El listado de cosas que no están funcionando bien en la administración pública es casi interminable. A modo de ejercicio, pongamos el acento solo en lo que ha sido noticia en el último mes: déficit de $2 mil millones en la Corporación de Asistencia Judicial; Transantiago llega a su menor nivel de uso y a su máxima tasa de evasión desde su creación; las vacunas obligatorias no alcanzaron la cobertura necesaria para proteger a la población en 2015; el Servicio de Aduanas, sumido en una serie de conflictos internos que culminan con la salida de su director; renuncia de la superintendenta de Pensiones por injerencias indebidas de autoridades políticas; inexistencia de oncólogos en la Región de Magallanes; escuelas y liceos que no terminaron de recuperar las clases perdidas por paro ilegal de profesores el año pasado; aumento en el uso y duración de las licencias médicas en el Poder Judicial; investigación por irregularidades en licitaciones de la Junaeb; 1,7 millones de personas en lista de espera para consultas no AUGE en el sector público.

Como se ve, la cantidad y variedad de problemas es tal que sería un error pensar en cada uno de ellos de modo aislado. Todo indica que aquí estamos en presencia de síntomas de una enfermedad que se ha ido agravando con el tiempo y que tiene un carácter sistémico. Ni siquiera remedios de alto calibre como la Alta Dirección Pública han sido suficientes para hacer que la administración del Estado funcione mejor, prestando a los ciudadanos los servicios que ella está mandatada para entregar y por los cuales sus empleados son remunerados, sobra decirlo, con recursos de los propios contribuyentes.

Además, vale la pena recordar que esa remuneración no es baja. Los funcionarios públicos ganan casi un tercio más que la media nacional y son los mejor...

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