Acerca de la criminalidad de las mujeres - Núm. 4, Diciembre 2013 - Revista Derecho Penitenciario - Libros y Revistas - VLEX 513935726

Acerca de la criminalidad de las mujeres

AutorPatricia Arias
CargoLicenciada en Criminología por la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica) y Master por la misma Universidad
Páginas33-34

Page 33

Históricamente las mujeres han tenido una relativa baja representación en las estadísticas criminales, en las distintas etapas del circuito penal. Esto es, tanto en su ingreso al sistema como infractoras -vía denuncias policiales- y como condenadas, sea a penas privativas de libertad como a otras medidas de cumplimiento en el medio libre. Esta situación es similar en distintas partes del mundo.

Así por ejemplo, en Chile, de la población total atendida por Gendarmería a nivel nacional, las mujeres representaban el 8,8% (6.356) en 2006 y 11,6%
(14.251) en 2013, mientras que a comienzos de los ’90 bordeaban el 5%. Tratándose de la población en el subsistema cerrado (detenidas, procesadas, imputadas y condenadas), las mujeres representaban el 7,0% (1.901) en 1998, el 6,3%
(2.390) en 2006, y el 7,9%
(3.639) en 2013, del total de población en ese subsistema .

Algunos elementos explican la baja representación de las mujeres en la población criminalizada

Es obvia la diferencia estadística entre hombres y mujeres en el sistema penitenciario, y también se observan algunas diferencias respecto al tipo de delitos en que se distribuye ese contencioso global. Sobre dichas diferencias vale indagar si radican en variables que son propias de cada uno de los sexos o están más bien asociadas a factores sociales y culturales que las determinan. Brevemente se pueden señalar algunos intentos explicativos sobre las diferencias en el comportamiento criminal de hombres y mujeres.

Entre los intentos explicativos encontramos a Lombroso y Ferrero, que explicaban la diferencia en razón del carácter femenino más conservador, lo que haría más fácil a las mujeres aceptar el orden social incluso cuando les es desfavorable; dicho conservadurismo lo asociaban a su biología, señalando que ellas tienden a representar el tipo medio de la especie, a diferencia del hombre que, como el macho, expresa la movilidad y la variedad.

A fines del siglo XIX el jurista Gabriel Tarde (1898, escuela clásica) atribuía la baja participación de las mujeres en los actos criminales a una razón de carácter valórico, y señalaba que la superioridad moral innata de las mujeres es lo que explicaría su baja representación en las estadísticas delictuales. Otros investigadores de esa época consideraban que la explicación estaba en ciertos instintos y características de las mujeres, tales como el miedo, la pasividad, la ternura y la melancolía que las caracterizarían; versus la percepción de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR