A 50 años de la reforma agraria - 4 de Agosto de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 690647441

A 50 años de la reforma agraria

Los 50 años de la reforma agraria se han celebrado por algunos como si la actual situación del agro chileno fuera un resultado causal de la misma, pero esto no corresponde a la realidad histórica.

Si bien los inicios de la reforma agraria en el país se remontan a 1961, durante la presidencia de Jorge Alessandri, bajo presión de la administración Kennedy en Estados Unidos y su plan "Alianza para el Progreso", no fue sino hasta el gobierno del Presidente Eduardo Frei Montalva que su ejecución adquirió una dinámica que introdujo profundos cambios en el campo chileno. La Ley Nº 16.640 de 1967 buscó acelerar el proceso para terminar con el inquilinaje y la realidad de la propiedad agrícola. Enarbolando la bandera de potenciar la producción de alimentos en Chile, en su dimensión política muchos de sus promotores también anidaban el deseo de debilitar social y electoralmente a los agricultores chilenos, muchos de ellos identificados con la oposición al gobierno democratacristiano. Por medio de esa ley se radicalizó el traumático proceso de expropiaciones de tierras -sin compensación económica real para los agricultores, pues se les pagaba en cuotas a largo plazo, en su mayoría sin reajuste-, cuyos abusos están ampliamente documentados. De acuerdo con cifras de la extinta Corporación de Reforma Agraria (CORA), entre 1964 y 1969 se llevó a cabo el 30% de todas las expropiaciones realizadas hasta 1973.

Instalada la Unidad Popular, la reforma agraria fue radicalizada y profundizada. Las "tomas" previas, promovidas por agitadores, eran seguidas por los decretos confiscatorios, que incluían la residencia de los dueños, aunque no tuvieran otra en la ciudad.

¿Se lograron sus objetivos productivos? A pesar de los más de 5.500 predios agrícolas expropiados, equivalentes a más de 9 millones de hectáreas, la evidencia sugiere que la distribución de tenencia de la tierra se mantuvo prácticamente inalterada. De hecho, en términos del uso de la tierra y su estructura, creció el número de predios agrícolas, pero disminuyó el número total de hectáreas cultivadas. Adicionalmente, se estima que el proceso de expropiaciones significó una pérdida neta cercana a los 800 millones de dólares (en valor presente, en moneda de 1978) para los dueños de las tierras.

En cuanto a la mejora en la producción, la evidencia sugiere que esta nunca se alcanzó. El análisis de las cifras históricas indica que el crecimiento (real) promedio anual del PIB del sector agrícola promedió...

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