2017 viveros rompen récord en exportaciones
Valenzuela es dueño del vivero Nueva Vid, ubicado en Malloa, y en Perú están algunos de sus principales clientes: inversionistas de otros sectores económicos que se quieren subir al boom de plantaciones o agricultores que buscan nuevas variedades para mejorar sus resultados.
Exportar plantas no es simple, Valenzuela tiene que visitar a los posibles compradores, conocer el sitio donde se plantará y ofrecer la mejor combinación de portainjerto y variedad. Una vez que se cierra el trato se requiere obtener permisos de ingreso al país de llegada y el Servicio Agrícola y Ganadero debe inspeccionar cada una de las partidas en búsqueda de plagas. Con los papeles en la mano hay que poner en marcha la logística para cruzar la frontera. Las plantas son herramientas productivas y cualquier deterioro golpea los retornos del inversionista.
-Si no manejas muy bien cada uno de los aspectos de la exportación de plantas, puedes tener problemas muy graves -advierte Valenzuela, quien también es el presidente de la Asociación de Viveros de Chile.
El viverista explica, por ejemplo, que sus visitas a Perú le han permitido entender desde cómo operan las autoridades locales hasta la mentalidad de los inversionistas. Ambos conocimientos le han resultado valiosos a la hora de crecer en ese país.
Experiencias como la de Valenzuela se están volviendo cada vez más comunes. Si hace un lustro las empresas dedicadas al material de propagación -que agrupa desde producción de plantas y plantines hasta los esquejes y el material in vitro- solo miraban el mercado interno, en la actualidad pasaron a tener un componente internacional importante.
Las exportaciones de material de propagación llegaron a US$ 19,2 millones en 2016. La cifra refleja un interesante aumento de 18% respecto de 2015. Para tener una referencia más lejana, en 2012 las exportaciones solo llegaban a US$ 8 millones.
Aunque partió más tarde que el resto de los rubros agroexportadores y su crecimiento ha estado bajo el radar, la exportación de material de propagación está en pleno auge.
Chile se ha convertido en el proveedor de moda de la industria frutícola latinoamericana, desde parras de uva de mesa en Perú, plantines de frutillas en Brasil y México a paltos en Colombia.
El futuro luce auspicioso. En los siete primeros meses de 2017 las exportaciones de los viveros ya suman US$ 20 millones, más que todo lo despachado el año anterior.
-En América Latina hay una demanda insatisfecha por plantas -explica Jaime Maruri, gerente general de agrícola Llahuén, productora de plantines de frutillas.
Maruri explica que más del 60% de su producción se va fuera del país.
El boom de...
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